II

2.3K 460 47
                                    

╭───────╯•╰───────╮Una dura realidad╰───────╮•╭───────╯

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──────────────
Una dura realidad
──────────────

Semanas después de la crítica que (Tn) había sufrido a causa de que el joven príncipe fuese a dejarla a su casa —cargándola en sus brazos—, debido a la herida en su pie... ella determinó que suficiente era suficiente. Estaba decidida a dejar de lado la opinión tan mala que tenía sobre sí misma. Quería parar de sentirse como alguien insignificante y asimismo confesarle a Katakuri de una vez y por todas, lo que sentía por él. Llevaba días meditando en ello, pero temía perder su amistad en el intento.

Katakuri había estado frecuentando el local de (Tn) aún más de lo que solía hacerlo antes del día del incidente en el callejón. Ambos se habían vuelto muy cercanos. Él iba a verla a diario; a veces se quedaba a merendar y en ocasiones permanecía con ella hasta la hora de la cena.

Cada que terminaba de entrenar pasaba a visitarla para disfrutar de su compañía y a la vez, para comer de las deliciosas donas que preparaba especialmente para él.

En la familia Charlotte se había corrido el rumor de que Katakuri tenía una amiga demasiado cercana, cosa que había sido motivo de discusión entre el mencionado, su madre, y su hermano mayor, Perospero.

(Tn) se deprimió mucho durante esos días, porque pese a que estaba decidida a confesarle sus sentimientos a Katakuri... había escuchado a alguien comentando: «Katakuri-sama va a casarse. Su madre arregló un matrimonio con alguien de su agrado». Esa noticia le cayó como un balde de agua fría. Sintió que todo se le venía encima.

Katakuri ya no era un hombre que sólo le gustase; se había enamorado de él.

—Era lógico que algo así pasaría —musitó a punto de llorar, mientras decoraba unas donas con caramelo—. Él es un príncipe, y yo... —Volteó algo sobresaltada hacia la puerta. Había escuchado cierta voz llamándola. Era Katakuri.

Se ocultó bajo la mesa, no quería verlo. Sabía que si lo miraba a los ojos terminaría llorando en su presencia y por ningún motivo debía mostrarse vulnerable. Se sentó en silencio, se abrazó de las pantorrillas, posó su rostro sobre sus rodillas, y le pedía al cielo que él se fuera. No podía dejarse ver. No en ese momento.

Katakuri caminó hasta detrás del mostrador y buscó a (Tn) con la mirada. Le preguntó a dos de las empleadas si acaso la habían visto, y las muchachas le dijeron que estaba en la cocina, así que entró con toda confianza como siempre, pero no la vio por ningún lado. Sentía que algo andaba mal, de modo que usó su haki de observación para sentirla.

Fue, y se sentó en la enorme silla que (Tn) había mandado a hacer especialmente para él. Ya sabia que ella se ocultaba bajo la mesa.

—¿Qué haces ahí abajo? —Le preguntó después de un suspiro. Tenía la cara sobre la palma de la mano izquierda, cuyo codo reposaba sobre el mesón—. Sabes que no hay manera de que te ocultes de mí. —Comentó al agacharse para verla.

Donut go ━━ [Finalizado] 《4》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora