Wade pensaba en su forma de comportarse frente a un líder de alto mando en la guardia, el coronel Maul es el hombre, guerrero y guardia más fuerte dentro de todo el cuerpo de la guardia, esto poniéndolo a competir entre los 4 reinos y la misma capital imperial, es claro que hay hombres fuertes y muy capacitados para enfrentar diversas amenazas en cada reino, pero estos se quedan cortos en cuanto a la fuerza y la capacidad que puede infringir el coronel, que ha peleado contra diversos enemigos y se ha ganado el respeto de todos los guardias y de los mismos líderes de todo el imperio Everard. Es sin duda un hombre a quien todos deben respetarle, cosa a la que Wade está muy preocupado puesto que nunca ha estado frente a los reyes o de una figura de autoridad superior que la del capitán, aunque considera que el respeto y modales que debe demostrar son exactamente los mismos.
Terminando su baño procedió rápidamente a secar su cuerpo y la cabeza, una vez limpio comenzó a ponerse la armadura, que sin dudas es algo pesada por los materiales con los que están elaboradas, esa y las demás que portan los guardias.
– Entonces requieren de una gran cantidad de fuerza –dijó para sí mismo en voz baja– estás armaduras son pesadas y requieren por ende a alguien fuerte, pero me pregunto ¿cómo podrán ser tan rápidos en sus ataques sí estas cosas son muy pesadas, o será que entrenar con ellas o el constante uso fue lo que los vuelve más rápidos? No lo sé, pero sin dudas significa que debo fortalecerme si voy a pertenecer como un recluta.
Finalmente con su armadura, Wade se presentó ante todos los guardias quienes lo recibieron extrañados.
– ¿Al fin te unirás a nosotros amiguito? –preguntó uno de los guardias–.
– Parece ser que si, aunque ¿es normal que sienta la armadura tan pesada?
– Claro, tú cuerpo no está muy acostumbrado a este tipo de peso, además los metales con los que están fabricadas son en su mayoría raros y algunos valiosos como no tienes idea compañero, pero conforme entrenes y te fortalezcas y también usándola, sobre todo, así lograrás volverte no solo fuerte sino también aumentas tu velocidad.
– ¡Lo sabía! –grito en voz baja– entonces significa que debo entrenar duro para aguantarla y usarla me dará lo que necesito para usarla libremente y ser más rápido en cuanto a mis ataques...
– ¡Ya vienen! –gritó uno de los vigías desde los muros del castillo–.
– ¡Todos a la entrada! –ordenó el capitán–.
A regañadientes todos corrieron inmediatamente a la entrada y tomaron la postura firme, incluyendo a Wade. Él más que todos, tenía curiosidad del coronel Maul, porque tenía una imagen mental de cómo podría ser el coronel.
Inmediatamente la puerta principal se abrió y 10 jinetes entraron, cada uno con una armadura cada vez más impresionante, pero el décimo jinete tenía una armadura que, sin duda, se veía muy ligera pero el diseño de esta así como el detallado que está tenía la hacía ver increíble. Uno a uno fueron bajando de sus caballos y solo 8 de los jinetes subieron las escaleras y dividiéndose a la mitad, cada grupo tomo posición a ambos lados de las escaleras y mirándose de frente, tomaron la posición firme, mientras tanto, el jinete de la armadura ligera comenzó a subir las escaleras seguido por uno de armadura negra y digna de un caballero español.
– Su líder y jefe –comenzó a articular el de la armadura negra– el coronel Salvatore Joseph Maul, a nombre de la guardia imperial de los dominios centrales del gobierno de su majestad el emperador Everard, les agradece su recibimiento guardia de reconocido y leal, reino del este y a su capitán y jefe el señor Mateo Valencia.
– Buenos días a todos –comenzó el coronel– gracias por estar aquí, hace ya tiempo que no vengo aquí y es tal y como lo recuerdo, buen trabajo y mantengan el orden. Sé que es repentina mi visita, pero he venido a supervisar a los que enfrentan a los asesinos, espero que su entrenamiento sea suficiente para enfrentarlos, no quiero más víctimas que las que ya hemos tenido, trabajen duro y erradiquen a todo el que se interponga a su majestad ¿entendido?
– ¡Señor, si señor! –unisono, incluyendo a Wade, respondieron todos–.
– Muy bien –dijo en voz baja Maul– Capitán, por favor guíeme con el rey y la reina.
– Como ordene señor –respondió el capitán, al mismo tiempo dirigió su mirada a los guardias– señores vallan inmediatamente a su entrenamiento, después podrán patrullar y cazar asesinos todo el tiempo que quieran.
Mientras el capitán conducía al coronel y a sus 9 acompañantes dentro del castillo, todos los guardias junto a su nuevo miembro de movilizaron hacía la zona oeste del complejo donde están todas las armas y equipos que utilizan para entrenar. Wade al no tener experiencia tuvo que hacer un calentamiento y comenzar con lo básico: abdominales y algunas barras, mientras que todos los demás guardias practicaban con espadas de madera, algunos con bastón y muchos otros combate cuerpo a cuerpo o con espada. En eso se fueron un aproximado de 2 horas, que, una vez concluidas, el coronel se asomó por el balcón, en compañía de Mateo y sus acompañantes, para observar como estaban practicando, a juzgar por si mirada estaba algo complacido pero dudoso de que tan capaces podrían ser los guardias de este reino, mientras seguía mirando a todos no pudo evitar fijarse en Wade.
– Mateo, ¿quién es ese chico?
– Ah, es Mendo, Wade Mendo, un chico de 16 años que perdió a su familia y vino hasta aquí para tener una mejor vida, además el era nuestro ayudante en los establos pero decidí incorporarlo porque siento que tiene potencial que no aprovecha y mucho menos podrá despertar solamente estudiando.
– Mendo, si, ya recuerdo, su padre también perteneció a la guardia –el capitán volteó a ver extrañado a su jefe–, pero se retiró porque ya no estaba sirviendo como lo hizo cuando empezó.
– Ya veo, no sabía que así había sido su vida.
De pronto todos ponen atención cuando un sargento se aproxima a Wade hablando mal de el.
– Valla valla –dijo en voz alta un sargento– no recuerdo, en qué momento comenzamos a reclutar gusanos para la guardia.
– Señor, con todo respeto no soy todo lo que ve -comenzó a articular Wade– así que sí me da la oportunidad de...
– Escúchame niño –interrumpió el sargento– no vas a pertenecer aquí a partir de ahora, no nos sirve un debilucho como tú, no durarías ni 5 minutos en combate...
– ¡¿Estás seguro?! –exclamó el capitán, aún desde el balcón– ya que veo tu cuestionamiento hacía el nuevo miembro ¿qué te parece si resolvemos todo con un combate cuerpo a cuerpo en el cuadrilátero?
– Señor, usted lo ve, no duraría mucho tiempo en un combate conmigo.
– Entonces hagámoslo así: Sí Wade gana permanecerá con nosotros y tú tendrás que dejarlo tranquilo de aquí en adelante, de ser posible incluso me atrevería a quitarte tú puesto y otorgarselo a el.
– Muy bien señor, pero sí yo gano, este gusano se tendrá que largar de aquí y yo tendré que ser ascendido.
– Muy bien, así será ¡Todos a la arena de combate!
Todos inmediatamente procedieron a marchar hacía el lado oeste del castillo, que es donde tienen un bien hecho estadio. Cabe destacar que en ocasiones hacen torneos del reino para probar quien es el más fuerte en los dominios del este y además el ganador se lleva un premio de mucho dinero.
Todos al llegar tomaron asiento en las gradas, el coronel junto a toda su compañía decidieron bajar para presenciar todo en primera fila junto al capitán. Wade entraron en el centro de la arena, lo único que iba a hacer es demostrar su fuerza ante todos sin armaduras y sin armas, únicamente a puño limpio. Cada uno fue a una esquina, en eso, un guardia entró a la arena dado que el sería quien estará al pendiente de que se cumplan las reglas de este combate.
– Muy bien –comenzó a declarar– quiero una pelea limpia entre guardias, y más en esta ocasión debido a que tenemos visitas importantes así que esta prohibido golpes de riñon, ni piquetes de ojo, mordidas, no se pueden usar armas o cualquier otro elemento que les ayude a tener ventaja, se le denominará derrota a aquel que se rinda sea por una llave o por knockout, si un combatiente queda fuera de la arena por 10 segundos quedará descalificado así como por incumplimiento de las reglas anteriormente mencionadas ¿Quedó claro?
– Si señor –dijeron, tanto Wade como el sargento–.
– Muy bien, entonces con lo anterior dicho, que el combate entre el sargento Fleck y el novato Wade ¡Empiece! –después de decir esto último, un guardia tocó una campana, dando a entender el inicio del combate–.
Ambos peleadores se acercan y analizan bien al oponente, hasta Fleck, quien tras unos breves segundos se precipita para atacarlo atacarlo con una combinación de puños y patadas, esto hace que Wade retroceda y se mantenga en defensa sin poder acercarse o comenzar a contraatacar, para su mala suerte al dar un paso hacia atrás pierde un poco el equilibrio lo que provoca que el sargento se acerque y acierte una patada en el pecho lo que rompe la defensa del novato y dándole a su oponente la oportunidad de golpear varias veces a su defensa inclusive a sus costados lo que poco a poco debilita a Wade. Mientras tanto en lo alto, tanto el capitán como el coronel y sus acompañantes observan detenidamente.
– ¿Usted cree que ese niño aguante los golpes de ese sargento?, el parece muy fuerte y ese niño es demasiado escuálido.
– Con todo respeto coronel, tengo confianza en él –el coronel le dirige una mirada de duda–, no creo que se atreva a fallar siendo nuevo en nuestras fuerzas, además desde que lo ví dar su mejor esfuerzo por salir adelante sentí que tenía un espíritu para ser un gran guerrero, y lo único que le hacía falta era un empujón.
– Ya veo, entonces, veamos de qué es capaz este muchacho.– Novato tonto, no tienes oportunidad contra mi así que ahora puedes mejor rindete, no quiero dejarte en ridículo frente a todos.
– Si me rindiera sería darte el lujo de ponerme en verdadero ridículo al no poder enfrentar a mi enemigo, y eso no me lo perdonaría por nada, pero sobre todo... Jamás le permitiré a nadie que me ponga en una situación tan ridícula.
– Me impresiona tu determinación, es admirable, pero eso mismo provocará tu caída.
Tras decir esto, el sargento se lanza al ataque intentando dar una patada en la cara de Wade quien la detiene con su brazo derecho para posteriormente darle un fuerte golpe en el pecho y acto siguiente darle con ambas piernas en el mismo lugar y hacerlo caer del cuadrilátero. Aunque débil, el sargento Fleck opta por regresar, y es que, está decidido a no perder por nada y menos contra un novato, y tras regresar se lanza más desesperado que concentrado con una ráfaga de golpes, los cuales fácilmente Wade esquiva hasta que tras bloquear unos cuantos y darle un fuerte golpe en el abdomen logra derribarlo con una patada en las piernas, y para obligarlo a no continuar decide aplicarle una llave en sus piernas, aunque desesperado intenta e intenta safarse del agarre, el sargento no lo consigue.
– Por favor rindase, no quiero hacerlo peor.
– ¡Prefiero perder mis piernas que mi puesto ante ti gusano!
– A usted lo necesitan al frente, ¡Rindase ahora!
Tras estas palabras, Fleck, finalmente viendo que no puede, prefirió darse por vencido.
– ¡Se acabó! –exclamó el guardia que estaba de referí– por rendición, el vencedor es Wade Mendo.
– ¿Y qué le pareció? –preguntó el capitán a su superior–.
– Valla, no esperaba este resultado, me dejó totalmente impresionado.
Tras esto, el capitán Mateo se puso al frente y declaró:
– Como se dijo, el vencedor es Wade, así que, sargento usted queda...
– ¡Alto! –exclamó Mendo desde el centro del cuadrilátero–.
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El Jinete Negro
AdventureComo alguien maltratado y golpeado por la vida desde niño el ahora adulto Wade Mendo se convierte en un asesino cazador de asesinos