𝟶𝟸. ━𝚜𝚘𝚛𝚛𝚢.

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Sorry to my unknown lover.

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Con los ojos llorosos posados en el lápiz que presionaba contra aquel papel estaba Mal. Su mano temblaba con cada palabra que escribía poniendo en las letras su misma alma. Dolía, dolía cada vez más. Su estrujado corazón le pedía a gritos que parara, y su mente, le exigía con necesidad que siguiera soltando más. Mal no aguantaba más, no podía fingir ni una sonrisa más, se estaba matando ella misma.

Dejó el lápiz luego de escribir con el corazón en la mano la última frase y las lágrimas corrieron por sus mejillas. No aguantaba. Quería correr, quería dejarlo todo, quería irse lejos, y asegurarse de nunca jamás pasar por aquella agonía, por aquel torturante silencio que la mataba desintegrando poco a poco, la esencia de lo que era. Deseaba olvidarlo todo...

Y lastimosamente no podía, no podía olvidarlo todo por más que quisiera. Los recuerdos de cada día seguían en su cabeza atormentándola: ¿por qué simplemente no podía ser ella y vivir su propia historia?, ¿por qué debía aferrarse a un estereotipo de persona que ni siquiera quería ser? Porque así era la sociedad, porque así era la mayoría... Porque para los villanos no había final feliz.

Con las manos temblando otra vez quitó aquel anillo de oro que le había regalado él, y lo puso encima de aquel papel. Mal lo sentía tanto: sentía tener que decepcionarlo cuando él era tan buena persona; sentía tener que hacerle daño incluso sabiendo que él no lo merecía; pero por más cruel que sonara, ella era incapaz de amarlo, ella era incapaz de querer besar sus labios como deseaba besar los de ella... Pero ella ya tenía a alguien y Mal no podía seguirse mintiendo, no podía seguir ahogándose en aquel mar negro de emociones; y por más que le doliera a él cuando lo supiera, debería aceptarlo si la amaba... si la quería de verdad. Eso era lo que había hecho ella con Evie.

"Someone will love you, but someone is not me..."

Sería ese su consuelo. Seguramente él encontraría a alguien mejor que ella, a alguien que no le mintiera ni le fingiera todas esas sonrisas, ni mucho menos que con tan poco espíritu, se pintara el cabello sólo para engañarse a sí misma de algo que no sentía ni lo más mínimo. Mal esperaba que Ben fuera feliz, esperaba que de verdad, su noble y puro corazón encontrara a alguien que le valiera cada gesto de sinceridad, cada regalo, cada sonrisa, y cada te amo. Mal sabía que Ben merecía a alguien que lo amara, y ella no podía hacerlo, por eso se iría: era injusto seguir con aquella farsa que ni ella misma soportaba. No tenía una verdadera razón para quedarse. No daba más.

Limpió sus lágrimas y avanzó por aquella espaciosa habitación que compartía con Evie hasta sujetar la caja en la que guardaba a su madre. Se veía rídicula siendo un mini-lagarto, pero seguía transmitiéndole el mismo sentimiento de asperidad y lobreguez de siempre con su mirada. Mal supo que nada más que cruzara aquella barrera, volvería a ser ella y con su mirada verde indiferente, le daría las mismas palabras que cuando era niña...

«El amor es para débiles y ridículos...»

Mal ya podía creerlo. Se había enamorado de quien no debía, se había enamorado de un imposible.

Y sin poder hacer más caminó lo más rápido que pudo hacia aquella puerta. No podía estar más allí. Su única opción era huir. Lo más rápido que pudo se subió en su moto morada, y poniéndose el casco pensó en todas las cosas que dejaría detrás. Extrañaría a sus amigos, extrañaría a Ben también, pero más que a todos, extrañaría a Evie.

Arrancó sin más y con una gota de decisión se fue de allí. Tenía que alejarse de todos para intentar ser feliz, tenía que irse del pasado para alcanzar su futuro. El felices por siempre nunca existió para ella, el chico perfecto tampoco... Para ella todo era lo contrario: no quería vivir en un clásico y estúpido cuento de hadas donde el príncipe hacía a la villana una princesa, ella quería su propia historia real. Ella quería ser el dragón protector de una princesa malvada.

Porque Mal aún recordaba la fecha del cumpleaños de Evie, porque Mal aún recordaba hasta la canción preferida de su madre...

Mal amaba tanto a Evie, que haría cualquier cosa por ella.

Y eso implicaba no ser un peso para ella, porque a lo que Mal más temía, era a ver el rechazo poseyendo los orbes mates de Evie.

"Sorry my unknown lover."

Mal temía tanto a su repudio que en el fondo, no quería desenmascarse con todos.

Sorry that I can't belive that anybody ever really...

Tenía tanta inseguridad que cuestionaba el amor que sus amigos le tenían.

Starts to fall in love with me.

𝚂𝚝𝚛𝚊𝚗𝚐𝚎 𝙻𝚘𝚟𝚎. ━𝙼𝚎𝚟𝚒𝚎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora