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Una vez en el estudio, Beryl no perdió tiempo en ir directo al grano.
-Le agradezco por informarme sobre el tritón que capturó. Me doy cuenta de que eso debería cubrir la llamada deuda que Lord Urcheon deseaba pagarme, pero...- Beryl se arrodilló y bajó la cabeza. -Necesito recursos para alejar las sirenas. Me doy cuenta de que es mucho pedir. Fiopha nunca permitió que ingresaran forasteros y mi padre, el difunto rey, se aseguró de eso. Te estoy pidiendo ahora, Reina Leona, que me ayudes a matar estas criaturas-.
-¿No eres una tú criatura?- Preguntó Calanthe.
-Lo soy. Tienes razón. ¿Pero los humanos no son monstruos?- Beryl replicó, mirando a Calanthe. -Si nosotras las criaturas hubiéramos sido las que gobernaríamos esta tierra, y los humanos hubieran sido los que nos aterrorizaran, ¿no los llamaríamos criaturas?- Calanthe se echó a reír.
-Levántate- Beryl hizo lo que le ordenó.
-Me recuerdas a mí misma, excepto que aún no has ganado una guerra- dijo Calanthe.
-Eso significa- -.
-Enviaré guerreros a Fiopha, incluido yo misma. Me gustaría luchar contra una de estas sirenas- informó Calanthe.
-Son muy peligrosas- advirtió Beryl -Viajaré por este continente, buscando aguas y tierra para mi gente. Dentro de dos años, regresaré con más de mi gente e iremos a la guerra con las sirenas- Calanthe se echó a reír.
-Me agradas, Reina Beryl. Veo el fuego en tus ojos y la oscuridad en tu corazón. Es exactamente lo que necesitas para la guerra-.
-Mi gente ha muerto una vez. No moriremos de nuevo. No lo permitiré. Incluso si la oscuridad me traga entera, lucharé por el bien de mi gente-.
-Nunca pensé que me pondría del lado de una criatura, pero ya está hecho, Reina Beryl. Como me debes ahora, quiero una cosa: que protejas a mi futuro nieto en caso de que algo suceda. Gracias a el Brujo, estoy empujada a más drama real- Beryl asintió con la cabeza.
