05|Celos

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Reírme de cosas que aún no sucedían era mi especialidad, muchas de esas cosas se trataban de bromas y otras simplemente tenían que ver con el nivel de fama que no poseía aún, pero se vale soñar.

—¿Qué estás tramando? —pregunto Orson sacándome de mis pensamientos—

—Vengarme de Ralf por meterse con mi adicción al refresco es por hay la más arriba de mis preocupaciones —dije sinceramente— pero después de eso conquistar el mundo no será ningún problema

Orson se acercó peligrosamente a mi tomándome de los hombros por lo que reí con cierto nerviosismo.

—Tienes que relajarte con Ralf —insistió Orson— sabes sobre su temperamento

—Ralf tiene que aprender que todo mundo cumple un papel en la tierra y el mío es sacarlo de su zona de confort —Orson solo negó con la mirada sonriendo—

Me soltó cruzándose de brazos siguiendo negando con la cabeza y sonriendo, parecía que viera a mi hermana cuando claramente me va a golpear o me va a recordar lo pendeja que soy para hablar.

—Tienes que prometerme una cosa —dijo poniéndose de cuclillas poniendo sus manos sobre sus rodillas— las bromas no pueden alejarlos a ninguno de los dos ¿De acuerdo? Solo intenta evitar que Ralf se moleste

—Ese siempre es el plan Orson —dije tocándole la punta de la nariz— no se que haría si ya no le parecieran divertidas y creativas mis bromas

—Ven aquí pequeña dame un abrazo —tener a Orson era como volver a tener a mi hermana de en medio, igual Jean quien sería la mayor—

Abracé a Orson del cuello sintiendo como me cargaba dando vueltas por el cuarto y de un momento a otro ambos tropezamos sobre la cama quedando yo sobre Orson. Nuestras miradas conectaron menos de cinco segundos cuando comenzamos a reír como retrasados.

—¿Qué les sucede a ustedes dos? —pregunto Ralf entrando a la habitación sin permiso—

—Ya sabes Orson siendo Orson —dije sin dar explicaciones—

—De acuerdo —hablo no muy convencido— Jean, Libardo y yo iremos a ver la nueva casa ¿Alguien quiere ir?

Negué rotundamente, quería dormir toda la tarde si es que mi cuerpo podía hacerlo y levantarme para jugar unas partidas de Free Fire en la madrugada dónde conversaba con gente extraña sobre los problemas en nuestras vidas.

—¿Qué tal tu Orson? —pregunto casi afirmando tal cosa—

—En realidad tengo mucho sueño —lo mire sorprendida diciéndole que también yo tenía demasiadas sueño— creo que nos quedaremos a dormir

—De acuerdo ¿Irás a dormir a tu habitación? Es que quiero que me prestes una chaqueta —yo estaba cerrando los ojos utilizando como almohada el brazo de Orson—

—Puedes tomar la que quieras —dijo con total libertad Orson quitándose los zapatos—

—Muchas gracias —solo escuché la puerta cerrarse y pensé que se había ido Ralf—

—Dime que notaste esa escena de celos —dijo Orson quitándome mi cómoda almohada refiriéndome a la extensión de su cuerpo—

—¿Escena de celos? —pregunte con los ojos cerrados— estás exagerando —dije restándole importancia—

—Intento sacarme de tu cuarto dos veces, si eso no es quererme lejos tuyo no se que es —abrí uno de mis ojos—

—El sueño te está haciendo ver romance tóxico dónde no lo hay —estaba cayendo dormida— Ralf le gusta esa niña que siempre viene ¿Cuál es su nombre? ¿Manzana?

—Amaranda —contesto burlón— si no te conociera diría que olvidaste su nombre a propósito

—Es linda, yo andaría con ella si fuera Ralf —dije con completa sinceridad—

—¿Y qué opinas de mis gustos? —pregunto haciendo clara referencia a la novia de Alex Casas—

—Creo que a sufrido muchas infidelidades, un chico como tú le vendría bien para volver a creer en el amor ¿No lo crees? —le pregunte abriendo los ojos—

—Solo hay un impedimento —intente mantener abiertos mis ojos, me estaba cayendo dormida— ella no sabe quién soy

—Ella se lo pierde —fue lo último que recordé balbucear—

[ • • • ]

Desperté por los flashes de algún teléfono, como si nos estuvieran tomando fotografías y cuando abrí los ojos en efecto Naim y Jean estaban dentro de mi habitación tomando fotos a lo desgraciado.

—¿Qué están haciendo puercos? —pregunte sentándome sobre mi trasero tallándome los ojos—

—Foto del recuerdo —dijo Naim tomando una foto de mi cara dormilona—

—Que infantiles son —dije levantándome de la cama caminando a la habitación de Ralf— hola poderoso Ralf soy yo de nuevo

—¿Qué pasó? ¿Te cansaste de dormir en brazos de otro hombre? —no pude evitar reírme, las frases de los fuckboys eran quienes provocaban la fuente de mi felicidad—

—En primera los otros hombres serían ustedes, el primero es mi papá —aclaré intentando mantener abiertos los ojos— en segundo tengo sueño y vine a dormir aquí

—Puedes ocupar lo largo de la cama, como tú lo prefieras —todos aquí eran tan lindos conmigo y Darian—

—¿Estás celoso de que Orson durmiera conmigo? —pregunte desinteresadamente—

—¿Qué te hizo pensar eso? —pregunto tranquilo—

—Tenia que saberlo, le dije a Orson que a ti te gustaba Arándanos —dije muy segura de mis palabras—

—¿Te refieres a Amaranda? —pregunto con una pequeña risa— ¿Por qué nadie entiende lo que es una amiga?

—Estereotipos, una mujer viviendo con cinco hombres igual a puta, dos mujeres viviendo con cinco hombres igual a prostíbulo —no había estadísticas de esto, pero tampoco era que dudará de mis palabras— amigos que se conocieron por tiktok y graban cada cierto tiempo actuando canciones de amor, una pareja que no durará más de seis meses asegurado

—¿Estás segura de que tú no eres la celosa pequeña __________? —pregunto burlándose de mí—

—Por supuesto que no, te amo bastante para aceptar que habrá un día en el que tendrás novia igual que Darian, Naim, Orson, Libardo y Jean —dije obvia— y si esa es naranja por mi está bien

—Pues solo queda en decirte que aunque no sea el primer hombre, si el segundo y como segundo tengo derecho a decir que tienes otros hombres —rodé los ojos con una pequeña sonrisa— tal vez si estuve un poco celoso después de todo

Volví a quedarme dormida en su cama.

CONFLICTUAR [RALF MORALES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora