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Claude

-¡¿Pero tú quién te has creido que eres mocoso?! - gritó el señor White.

-¿Que quién creo que soy? Soy el mejor amigo de Bryce, con eso se lo digo todo fósil de dinosaurio - yo tampoco me corté un pelo - Si yo llego tarde al trabajo es problema mío, así que deje de perjudiciarle a él por mis irresponsabilidades.

-¡¿Pero tú de qué vas?! - se le arrugó la frente del cabreo - ¡¿Te crees que puedes venir aquí a decirme como hacer mi trabajo o que?!

-Más o menos - cerré los ojos y pasé mis manos por detrás de mi cabeza.

Esa despreocupación al momento de hablar le hizo ponerse aún más furioso. Ese hombre era demasiado fácil de hacer enfadar.

-¿Tú por qué te crees que regaño a Bryce y no a ti? - trató de hablar como una persona normal.

-Porque a mi no me importa dos pepinos lo que me diga, y él, como es responsable, es el blanco fácil - le respondí - Pero eso no justifica que le descuente eso de su sueldo. Quítemelo a mi, y ya está, pero a él déjelo en paz.

-Es lo mismo si te lo quito a ti que a él. Piensa un poco.

-Ya lo sé, pero él ahora se va a sentir culpable - pensé que quizás lo había hecho queriendo.

-Bueno, así aprendes la lección para la proxima - se cruzó de brazos.

Me estaba hartando ya de ese viejo. No quería entender que Bryce no tenía la culpa de nada, y que con la baja autoestima que tenía ya el pobre eso le haría sentirse peor. Desde que nos echaron de la Academia Alius Bryce se centró tanto en el futuro que dejó de disfrutar de lo que le gustaba. En el instituto intentaba sacar las mejores notas posibles para luego poder encontrar trabajo más facilmente, lo cual implicaba muchas horas de estudio y menos recreación. Dejó de jugar al fútbol por una buena temporada, aunque eso le doliera. Bryce lo había pasado muy mal, y era una persona muy buena y trabajadora, no se merecía eso ni de casualidad.

-Escuche jefe, como no cambie su forma de hacer las cosas va a perder a todos su trabajadores y clientes - le señalé.

-Y tú como no mejores tu actitud con tus superiores vas a llevarte muchos disgustos en esta vida - me replicó.

-¡Vivimos en un país libre, así que voy a decirle lo que me de la gana! - al final iba a soltarle un puñetazo.

-¿Ah si? - acercó su cara a la mía, y me miró directo a los ojos - Pues como vivimos en un país libre voy a dejarte las cosas claras. ¡No quiero volver a verte en mis establecimientos nunca más!

¿Como había dicho? ¿Me estaba echando? ¿Ese hombre sabía lo que hacía? Pensaba que me iba a perjudicar, pero no de forma tan extrema.

-¿Estoy despedido? - no sé como conseguí hablar con la sorpresa.

-Efectivamente - sonrió de forma pícara - Y como vuelva a verte la cara por aquí, a tu amiguito el albino también lo voy a echar de una patada. Así que si él te importa, mas te vale que no te vea yo el rostro mocoso.

Qué rabia me estaba entrando, quería romperle la nariz de un golpe, pero eso sí que no me lo podía permitir.

-¿Pues sabe qué? - me alejé - Cuando sea rico voy a restregárselo en la cara. ¡Púdrase!

Me fui de allí. Estaba tan enfadado que no hubiera aguantado la tentación de soltarle un guantazo.
«¿Y ahora qué le digo a Bryce?» pensé.
Por una parte me sentía libre fuera de las órdenes de ese vejestorio, pero a la vez me quedé sin oficio. Estaba claro que iba a hacerle caso al señor White y no iba a volver a aparecer por allí, no quería que Bryce se quedara fuera también. Aunque no sabía que iba a hacer. El empleo de camarero en el restaurante me lo había conseguido Bryce, y como no tenía estudios más allá de la secundaria las oportunidades se reducían un montón.
Tenía que pensar que decirle a Bryce para que no se alterara demasiado.

-¡¿Que has hecho qué?! - gritó el albino, y luego puso cara de pena - Ay no, Claude, ¿por qué eres tan imprudente?

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-¡¿Que has hecho qué?! - gritó el albino, y luego puso cara de pena - Ay no, Claude, ¿por qué eres tan imprudente?

Bajé la cabeza en señal de disculpa. Realmente debía aprender a pensar antes de actuar, porque luego me arrepentía de mis acciones.

-Lo siento Bryce - dije sin levantar la cabeza - Ahora no sé como vamos a poder pagar tu carrera universitaria.

-¡Deja de pensar en mi carrera! ¡No voy a entrar en ninguna! - le miré a los ojos - Es un sueño imposible.

-No, no lo es - me puse serio, y le señalé con el dedo índice - En el momento que llegamos aquí me prometí que te compensaría por hacer que nos echaran de la Academia Alius, así que vete pensando que carrera quieres.

-¡Ya basta Claude! ¡No tengo posibilidas de entrar en la universidad, ¿vale?! - me hizo callar de golpe.

-...

-Perdona, ha sido un día muy largo, ya no sé ni lo que hago. Mejor me voy a dormir. Ya hablaremos mañana, te ayudaré a buscar trabajo.

-Pero Bryce

-Buenas noches - dijo justo antes de encerrarse en su cuarto de un ligero portazo.

No entendía porque se molestaba tanto en eso. Si él quería entrar en la universidad, ¿por qué no se esforzaba por ello? Pareciera que le quitaba interés solo por el hecho de que no estábamos en nuestros mejores momentos. Desde que le conocí era así. Le quitaba importancia a sus deseos personales cuando las cosas no andaban bien, aunque eso no le afectara directamente a él.

Decidí que yo también debía irme a dormir, porque tampoco quería estar pensando en el tema todo el rato.

Entré en mi cuarto, mirando el cuadro que tenía encima de una de mis estanterias. Esa foto vieja en la que salía yo de pequeño con mis padres. Era lo único que me quedaba de ellos. Nos separamos cuando yo era muy pequeño así que recuerdo muy pocas cosas, por ese motivo guerdaba esa foto como un tesoro.
Con Bryce pasaba lo mismo, también tenía una foto con sus padres, su hermano mayor y su hermana pequeña.
A veces me paraba a pensar en como serían nuestras vidas si ellos nunca hubieran fallecido. Quizás nunca nos hubieramos conocido. Quien sabe.

-Buenas noches, mamá, papá - miré la fotografía - Prometo empezar a tomarme las cosas mas en serio, voy a ganar mucho dinero y voy a compensar a Bryce por todas mis acciones que le han perjudicado. Voy a cambiar, estareis orgullosos de mi, jurado.

Recosté mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos. Al menos en mis sueños, las cosas iban mejor.

Por ti lo que sea [Inazuma Eleven] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora