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Bryce

-Buenos días parejita - saludé a mis dos amigos, que estaban desayunando.

-Anda Bryce - dijo Xavier - Hoy te has levantado temprano.

-Sí, creo que debería volver al trabajo - me dirigí a la cocina - Hace ya una semana que no voy, tampoco quiero abusar. Además, creo que ya me siento mejor.

-Eso es maravilloso - se alegró Jordan.

Me senté con ellos y me tomé mi taza de café matutina. A Jordan se le pasó algo por la cabeza. Sacó su móvil, y me lo mostró. Allí se veía una foto selfie de Claude y alguien más.

-Fíjate - dijo el peliverde - Claude ha ganado el primer partido del torneo.

Sonreí ligeramente y desvié la mirada. En la foto se le veía contento, jugar al fútbol como trabajo debía de ser genial.

-Veo que ha hecho amistades - sañalé al otro individuo de la foto.

-Sí, bueno - guardó el teléfono - Me ha dicho que se ha hecho amigo de dos de ellos, y que ahora está conociendo al resto del equipo. Pero sabiendo como es él, no tardará mucho en hacer más amigos.

-Me alegro por él - dije a media voz mientras daba un sorbo al café.

-No estés triste - me sonrió - No va a sustituirte, ni mucho menos, ya sabes como es.

-No, si no es eso - miré por la ventana - Es solo que... No sabría como decirlo...

-Estoy seguro de que él también te echa de menos - dijo el de los ojos esmeralda.

Sonreí, y me terminé el café. Tenía trabajo. Me levanté y me dirigí hacia la entrada de la casa. Me despedí de ambos y me fui para trabajar.

-Me alegro de que estés de vuelta - el del pelo azabache sonrió

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-Me alegro de que estés de vuelta - el del pelo azabache sonrió.

-Gracias, siento haberte preocupado - bajé algo la cabeza.

-No pasa nada, tienes tus motivos.

-Bien - me dirigí hacia los clientes.

Ese día me sentía con más ganas de hacer cosas, a pesar de seguir estando hundido. Las pastillas dieron efecto y comencé a sentirme con más fuerza, y Xavier y Jordan me animaban un poco el día y me hacían reír de vez en cuando. Los había extrañado, como extrañaba ahora a Claude.

Estar sin él era complicado. Después de haber pasado un montón de años a mi lado sin separanos, ahora no tenerle, era extraño, me sentía triste y incompleto. Era muy probable que eso se me viera en la cara, pero no estaba seguro. Yo solo intentaba mostrarme sereno.

El día me pasó lento, más de lo normal. Había bastantes clientes y  debía ir a tomar el pedido de cada uno de ellos. Estuve dando vueltas por el café, de cliente a la cocina y viceversa. Eso ya era costumbre.

Hubo un momento en el que tuve que ir al baño, y cuando me vi en el espejo, se me cruzaron los cables. Gracias al color de mi tez era fácil ver cuando había dormido bien y cuando no, porque se me formaban ojeras bartante oscuras bajo mis ojos. Esa misma imagen que vi reflejada en el espejo ya la había visto antes, bastante tiempo atrás.

Esa misma cara, la vi en un barco, en un exilio algo apresurado. Sí, estoy hablando de cuando Claude y yo tuvimos que marcharnos de Japón.

Recuerdo que Lina nos consiguió un par de billetes para un ferry en Fukoka, que nos llevó hasta nuestro país de origen. Ella nos dejó dormir en su casa antes de tomar el barco, y realmente dormí tan poco, que mi cara era esa.

Recuerdo que estaba tan nervioso y asustado que no era capaz de pensar con demasiada claridad, y tampoco saber muy bien qué hacer. Suerte que Claude estuvo al caso de eso y me consoló.

Nos despedimos de Lina esa mañana con un gran abrazo, y el barco zarpó. Ella misma nos había buscado un nuevo orfanato al que quedarnos, así que todo estaba bien. Solo nos quedaba la tarea de hacer nuevo amigos por allí. Esa idea no me gustaba demasiado, pero sabía que Claude no me iba a dejar solo ni un momento, y eso me dejaba más tranquilo. 

«Basta, tanto pensar en él me hará llorar de nuevo, y no quiero, no estoy en casa». Tuve la temptación de tomar mi teléfono y llamarle, quería saber de él y poder conversar durante horas, como siempre habíamos hecho. Pero no lo hice. Él estaba ocupado entrenando, y además, ya tenía amigos por allí, no quería ser cargante y molesto. «Quizás es que ya ni piensa en mi».

Si yo me sentía de esa manera, ¿cómo se sentiría él? ¿Me echaba en falta? ¿O ya ni siquiera mi imagen le pasaba por la mente? Qué frustrante no tener respuesta para mis dudas.

Me lavé la cara para que no se me notaran los ojos húmedos y regresé al trabajo, no era momento para lamentarse.

-¿Es normal que me sienta tan vacío? - pregunté

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-¿Es normal que me sienta tan vacío? - pregunté.

-Claro Bryce - Jordan me acarició la espalda - Claude es parte de tu vida, es normal que le extrañes.

-Vale... - un par de gotas saladas bajaron por mis mejillas - Parezco un niño pequeño...

-No - habló amablemente - Tienes todo el derecho del mundo a sentirte así. Si necesitas llorar yo te ofrezco mi hombro, pero no te critiques por como te sientas.

-En absoluto Bryce - el pelirojo entró en mi cuarto - Lo estás pasando mal y estás en tu derecho de estar así. Desahogate si es necesario, de verdad que no pasa nada.

Recosté me cabeza sobre el hombro de Jordan, que estaba sentado conmigo en mi cama. Esté me rodeó entre sus brazos y me abrazó.

-¿Queréis que de verdad me desahogue? - les dije.

Ambos asientieron, mirandome con pena. Jordan tenía los ojos algo húmedos.

-Mirad - miré al suelo - Hay veces en las que me gustaría dejar de respirar, acabar ya con esto y dejar de ser molesto y cargante para vosotros.

Jordan me abrazó con mucha más fuerza llorando, y Xavier puso unos ojos como platos.

-¡¿Cómo dices eso?! - el peliverde me asustó, y lloraba - ¡No digas tonterías! ¡No eres molesto ni cargante, sácate esas ideas de la cabeza, eso ni en broma!

-No vuelvas a decir eso - Xavier se sentó también - Solo conseguirías empeorarlo todo, no solucionarías nada. Nos dejarías a todos muy mal, y Claude se sentiría culpable el resto de su vida. ¿Quieres eso?

Desvié la mirada, no lo había pensado de ese modo. Bajé la cabeza, abracé a Jordan de vuelta y lloré entre sus brazos. Xavier se unió, y entre los dos consiguieron consolarme un poco. Aunque eso no iba a terminar ahí, ojalá.

Por ti lo que sea [Inazuma Eleven] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora