Parte 2 (dos) : "¿Nos escuchamos este miércoles?

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Luego de eso no nos vimos durante una semana. Lo normal, eramos desconocidos y solo la podía ver en la academia de Daysi. Era viernes otra vez, quise ir a buscar a mi hermana el lunes para poder verla. Pero tenía trabajo y no pude, asique me rendí a solo poder verla los viernes. 

 Podría decirles que vague por el pasillo, pero la verdad fui muy seguro hasta donde había estado la semana pasada, apenas llegué ella estaba bailando y me quedé viéndola igual de impresionado que la vez pasada. Era lo más cercano al cielo que iba a estar, no me interesaba los coros de ángeles solo quería verla bailar. Apenas terminó, habló

- Hola Tadeo, te dije que me avises- 

Estaba confundido, ¿Cómo me reconoció? 

- Ho-hola, lo siento. No quería molestarte- paré un segundo mientras ella buscaba  una botella de agua tanteando el piso

 - ¿Cómo...- 

- Tu perfume - encontró la botella y tomó un trago - Es extraño, es decir, suelo reconocer olores. Pero tu perfume es muy fácil- 

-¿Gracias? No estoy seguro si eso fue un cumplido- 

- En realidad no, pero de nada- ambos sonreímos y oh dios. Era aún más preciosa sonriendo. 

- ¿Te volviste a perder?- pregunto sarcástica.

Mis mejillas estaban definitivamente rojas - Em.. en realidad no... Pero es que me gusta como bailas... Es muy... Eres muy buena-  solté, nervioso.

- Gracias - sonrió genuinamente. 

- De nada- le seguí la sonrisa- creo que ya tendría que ir por mi hermana- 

-Claro, no la hagas esperar- Soltó una leve risa. 

Tomé toda la confianza que pude y largue un claro -Nos vemos el miércoles?- 

 Solo un segundo después me di cuenta del verbo, Vemos ¿Es en serio Tadeo?  -oh soy un estúpido, lo siento es decir nos...- 

- ¿Nos escuchamos el miércoles? - respondió sonriendo. 

- Claro - mi sonrisa no cabía en mi cara - si, si. Seguro, a que hora puedes? Y dónde obvio- me reí nerviosamente. 

- Solo... Ven aquí el miércoles- ella respondió llendose de nuevo al vestidor. Y me quedé ahí, creo que nunca me acostumbre a su forma de despedirse. Nunca supo cómo hacerlo.

No me di cuenta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora