6; Bambi

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Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Tᴏᴘɪᴄ﹐ A₇S ﹣ Bʀᴇᴀᴋɪɴɢ ᴍᴇ

¡Leo está aquí! ¡Leo está aquí! ¡Leo está aquí! ¡Ahhhhh!

Mi cerebro grita y mi corazón golpea con fuerza contra mi pecho mientras esquivo a la gente que hay en mi camino para alejarme de él.

Se supone que no venía, se supone que no lo vería este verano y me recuperaría de lo que me hizo, pero no, ahí está, tan guapo como siempre, con esos ojos azules brillantes que me hipnotizan.

No sé por qué estoy huyendo, pero no estaba preparada para eso. Siento un codazo en mi cara y caigo hacia atrás, a la arena. Me hago daño en mis codos al apoyarme y miro hacia arriba un poco aturdida.

Auch, mi nariz.

— Oh, joder, lo siento —una voz masculina se escucha y lo miro.

Su pelo es corto y rubio y sus ojos son grises, pero están un poco cerrados porque está borracho. Su mano se tiende y la acepto para que me ayude a levantarme.

— ¡Casi la matas, tío! —Ríe uno de su grupo de amigos.

— Lo siento, ¿estás bien?

— Sí, creo que estoy bien —toco mi nariz—. ¿Está bien?

— Creo que tienes la nariz perfecta —se agacha para observarme—. Lo siento de nuevo. ¿Seguro que estás bien?

— Estoy bien —sacudo mis pantalones.

— Debería haber tenido cuidado, no pensé que una pequeña chica estuviese detrás de mí.

Miro mis codos un poco ensangrentados y hago una mueca.

— Dame la botella de agua, Tobías —le dice el chico— Venga, joder, dámela, esta señorita está sangrando por mi culpa.

Cuando voy a decirle que no hace falta, él chico está echando agua sobre mis codos, mojando todo mi brazo e incluso mi ropa.

Se ve concentrado en lo que está haciendo y cuando quiero hablar para decirle que es suficiente, me calla con su mirada.

— Deja que cure a una chica guapa, se lo contaré a nuestros hijos.

— ¿Qué? —Suelto una sonora carcajada que lo hace sonreír abiertamente.

— También les diré que tenía la sonrisa más bonita de todo el rodeo. ¿De dónde eres? Nunca te he visto por aquí —cierra la botella de agua y la sujeta mientras yo tengo los codos aún mojados.

— De Kansas.

— Una chica se Kansas en un rodeo en Concepción, curioso.

— Tengo aquí familia —me encojo de hombros.

— Soy Zev —me tiende su mano.

— Bambi —estrecho su mano varonil y áspera.

— Encantado de conocerte, Bambi —sus ojos grises brillan y me estremezco.

Quizás debería alejarme de los chicos guapos de ojos claros. He aprendido que pueden ser peligrosos.

— Tengo una nueva amiga —pone su brazo sobre mis hombros y me lleva al circulo donde están sus amigos con cervezas en sus manos—. Se llama Bambi y es de Kansas.

Unos me saludan y otros se ríen. — Deja a la chica irse, parece un cervatillo asustado.

No soy un cervatillo asustado, no estoy asustada. Sí un poco incómoda porque no conozco a ese chico y tiene su brazo puesto alrededor de mis hombros.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora