Capítulo 1.

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-Asi que, ¿Cómo te sientes para mañana?

La Señorita Claire cruzó las piernas con su libreta y lapicera en mano. Traía el cabello castaño recogido y sus lentes grises y finos puestos. El traje que tenía puesto la hacía ver como una verdadera empresaria.

Kate se movió nerviosa en su asiento. Estaba agradable ahí dentro, así que se había quitado el enorme saco que había traído puesto. Sin embargo, ni para ir a la psicóloga le era fácil vestirse. Había elegido ese outfit en menos de 3 horas, pero había costado decidirse al final. Ahora se arrepentía un poco puesto que dentro del consultorio el calefactor estaba fuerte y la polera que traía puesta ahora la estaba casi sofocando.

-Bastante nerviosa. – dijo finalmente, moviendo el pie izquierdo. La Señorita Claire claramente no dejó pasar ese movimiento y lo anotó enseguida en su cuaderno mientras seguía preguntando.

-¿Por qué?

-Por favor, todos sabemos por qué.

-Ilumíneme.

Kate suspiró irritada, no quería decirlo en voz alta. No quería repetirlo.

-Porque... tengo que volver a ese lugar. – tragó saliva recordando los pasillos de la escuela. – No quiero volver a los recuerdos, a ese día otra vez. Estoy harta de que me aceche lo que sucedió el año pasado.

Claire asintió lentamente con la cabeza mientras miraba a la joven sentada frente a ella.

-¿Crees que tiene que ver con él? – preguntó ella, ni siquiera mencionándolo. Kate agradeció que no utilizara su nombre.

-Sí. Y también con sus amigos. Algunos de ellos aún van a la escuela.

-Pero Chris ya no asiste, ¿no?

-Gracias al cielo. – suspiró fuerte y la Señorita Claire alzó las cejas intrigada. – No se si podría volver a verlo. No ahora. Todavía me acechan los recuerdos.

-¿Has estado teniendo pesadillas?

-Ya no. Mi hermano... me canta antes de dormir.

La señorita Claire sonrió.

-¿Y eso ayuda?

-Parece que sí.

-¿Por qué crees que es así?

Ella lo pensó un segundo.

-No lo se, quizás me hace sentir más segura.

Claire solo asintió la cabeza de nuevo, sin comentario.

-¿Sabe? Esos pasillos, esas habitaciones... no se si pueda hacerlo, Señorita. No se si puedo soportar estar de nuevo en ese lugar.

-Kate, fuiste tú la que decidiste quedarte en la escuela.

-Lo sé, pero fue una pésima decisión ahora que lo pienso.

-¿Por qué no lo hiciste en su momento?

-Porque... no quería dejarlo ganar a él.

-¿Sigues queriendo eso?

Kate, con ojos llorosos, asintió.

-Sí. Quiero ganarle por una vez.

-¿Y crees que quedándote en la escuela estás ganando una batalla?

La joven asintió.

-Kate. Nadie puede obligarte a volver ahí. Ni siquiera tus padres, ¿está bien? Pero tienes que decidirlo tú misma. Lo que pasaste fue traumático y no ha sido fácil conllevarlo este verano, pero has salido adelante. Volviste a juntarte con tus viejos amigos, dejaste los malos hábitos, te concentraste en tu felicidad y en tus estudios. No quiero que por empujarte a ti misma a volver a esta escuela vuelvas a caer en la depresión que te acorraló el año pasado.

Los Misterios de Addeline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora