Prólogo.

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Tres chicas son amigas.

Se podrían calificar según sus personalidades y estilos, pero eso son solo estereotipos.

Diana, aquella típica gótica que le encanta el negro y finge ser fuerte y odiosa.

Beth, la hippie que ama a los animales y hace campañas para salvar a la tierra. Positiva y actúa ser feliz.

Stacy, nombre de perra, si, lo es. Chica con alta clase social, ama el rosa y tiene cara de ángel...a pesar de ser una gran hija de puta.

La realidad es así. Un día tan normal que llegaba a asustar, las tres chicas se encontraban en sus cosas.

La rubia estaba en el baño pintándose los labios, la pelirroja reuniendo firmas para una campaña, y la castaña solo estaba en su mundo de la música.

Pero algo las iba a unir, algo siniestro y perverso.

La pelirroja estaba inconforme, no había conseguido tantas firmas y empezó a desesperarse, su sonrisa alegre flaqueaba y sabía que perdería el control, pero necesitaba las firmas. Así que al voltear y ver a una castaña con audífonos y los ojos cerrados apoyada de un árbol no dudó en acercarse.

"hola, soy Beth y estoy reuniendo firmas para salvar a los osos polares. ¿Podrías firmar?" repitió lo mismo que había estado diciendo toda la mañana.

La castaña ni siquiera se movió. Seguía perdida.

Beth iba a tocarla a ver si reaccionaba, lo hizo pero no de la manera que ella esperaba. La ojiazul la agarro de la muñeca en un reflejo limpio, su agarre era fuerte y decidido. Cuando se miraron ella solo la empujó y la pelirroja cayó sentada en el césped, con el ceño fruncido.

"no, gracias." respondió. La pelirroja molesta se levantó y fue directo al baño. No quería gritar enfrente de todos.

Tenía que controlarse.

En el camino choco con alguien haciendo que se cayera su carpeta y de esta salieron los papeles esparciéndose por el suelo.

Alzo la vista para ver a la rubia mirarla con asco. "quítate hippie apestosa" la miro de arriba a abajo y dio la vuelta sobre sus tacones para irse moviendo sus grandes caderas. Incluso un chico la miro y la rubia le lanzó un beso.

zorra , pensó Beth.

Un chico que venía de los baños la vio y la ayudo a recoger todo. Ella, con una sonrisa amable le agradeció y se fue al baño.

Al entrar se vio en el espejo y suspiró. Pero su mirada se dirigió a unos pies reflejados en el espejo. Volteo y tocó la puerta del cubículo.

"disculpa, ¿estas bien?" preguntó, pero nadie respondió.

Volvió a tocar y se rindió, abrió la puerta...

Pero ella no esperaba encontrarse con eso.

Un cuerpo.

Era una chica, estaba sentada en una esquina completamente llena de sangre, un charco se formaba a su lado.

Grito tan fuerte que el eco del baño la lastimo. Empezó a jadear y a retroceder hasta el lavabo. Llevo las manos sudadas a su cabeza y empezó a chillar.

Alguien tarareaba entrado al baño. "quien mierda hace así" la rubia vió la imagen alterada de Beth y se asomó a ver  qué era lo que la hippie veía así. Al verlo, todo color en su rostro desapareció. Beth seguía chillando y sollozando. Así que Stacy la intento calmar en vano.

"tienes que calmarte, ¿o-ok? Respira conmigo" los intentos fallaron, las dos se estaban derrumbando.

La puerta del baño se oyó y las dos voltearon muy rápido.

"¿que les pasa? ¿Vieron un fantasma o que cara...oh mierda."  Diana se llevó la mano a la boca y contuvo un grito. Enseguida se volvió y cerró la puerta del baño. Se apoyo de ella y se dejó caer de espaldas quedando sentada con las piernas en el pecho viendo a la nada, alterada y horrorizada.

"debemos...de-debemos avisar a alguien que..." Beth sollozaba y Stacy jadeaba.

Diana no iba a derrumbarse.

"muy bien, ya es suficiente. "se levantó y se dirigió a las chicas. "deja de verlo." agarro a Beth por los hombros y la aparto de ahí.

Beth iba a desmayarse. "nonono, ven ven" la castaña temblando, la ayudo a lavarse la cara.

Stacy no aguanto mas, y con lágrimas en los ojos se dirigió a otro cubículo y vómito. Al terminar, se limpio con el dorso de la mano y vio que algo brillaba a un lado.

Una navaja. Estaba manchada con sangre.

Ella se levantó y salió para agarrar un poco de papel y volver. Diana la miró curiosa.

Con el papel agarro la navaja y la puso en el lavamanos. Las chicas al darse cuenta la vieron, y todas con diferentes pensamientos.

Stacy estaba confundida, "¿porque el que lo hizo dejaría el arma en la escena?" pensó, al final las series de detectives con su madre habían servido de algo.

Beth divagaba, incrédula de lo que había encontrado. Pensó en la víctima y en como le sonrió cuando firmó esta mañana. Era una buena chica.

Pero Diana, estaba en shock. Porque ella conocía a el dueño de tal navaja.

...

Y así es como empezó. Tres chicas completamente diferentes trabajarían juntas para resolver el misterio de quién había apuñalado a aquella chica en el baño.

Quizás era bueno que se aliasen.

Quizás.

***

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