5 • sabía que dirías eso.

77 10 8
                                    

B

Beth y Stacy abrigadas por el fuerte clima, salían de la escuela. Pero alguien las detuvo, una chica.

"Las escuche hablando con el chico."

Las chicas se tensaron, pero la pelinegra parecía tranquila "¿están averiguando que pasó con Padme?" Las chicas se miraron entre si y luego asintieron. "Yo puedo ayudarlas"

Entraron las tres al salón y la pelinegra suspiró.

"Padme era mi mejor amiga, desde los 14 años. Ella y yo eramos unidas. Por eso es que soy capaz de ver cuándo está mal, ella últimamente había tenido ojeras, no comía nada, incluso estaba más callada. Cuando le pregunté que sucedía ella solo me dijo que me metiera en mis asuntos." Los ojos de la muchacha se cristalizaros y Beth sintió una presión en el pecho.

«"en una pijamada la escuché hablar por teléfono mientras me hacía la dormida. Hablaba con un hombre, sobre unos secretos que no podían ser revelados. Ella lloraba diciendo que no diría nada"»

"Lo típico, eliminar cabo sueltos" pensó la rubia.

La pelinegra secó sus lágrimas y continuo,"dos días después estaba muerta".


Diana estaba paralizada, quería moverse pero le era imposible, las manos le temblaban y estaba a punto de soltar el teléfono. Ya no soportaba su propio peso así que se dejó caer sentada en su cama.

"Muy bien, ahora que estás sentada podemos hablar mejor" la voz grave hizo reaccionar a la castaña. Por reflejo buscó cámaras pero estaba muy asustada.

"Me he enterado que estás tratando de encontrarme. Por más encantador que suene, si no dejas de hacerlo tendrás que terminar como Padme" al escuchar el nombre le dió un escalofrío.

"¿Que es lo que quieres?" Preguntó dura.

"Quiero que dejes el caso. Que sigas con tu vida o yo tendré que acabar con ella" su voz era fría y carecía de emociones. Diana se acomodó en la cama y habló "la verdad no me importa eso."

El desconocido al otro lado de la línea dió una sonrisa ladina. "Sabía que dirías eso."

En ese instante su laptop se encendió y en ella un e mail. Ella se paró y lo abrió.

Era una foto de su madre.

No una, varias. Ella en el supermercado. En el cine con el padre de su hermanastro, En un restaurante, en su trabajo.

El corazón de diana empezó a acelerarse "no...ella no" pensó. Su madre no merecía eso desde que aguanto maltrato doméstico por 3 años.

"Si no dejas el caso. Tu madre pagará las consecuencias" ella hecha furia tiró el teléfono y salió de la habitación. Dando zancadas llegó a la puerta y tocó muy fuerte, así unos intentos hasta que un adormilado chico abrió. Su hermanastro la miraba cansado y enojado.

Ella lo agarró por el cuello de su camisa y lo acercó "escúchame bien escoria, quiero que te alejes de mi madre. Se lo que hiciste y me importa una mierda lo que puedas hacer" él la miraba muy confundido.

"¿Pero que mierda Diana?" Dijo el joven, soltándose "toma tus pastillas maldita loca."

El volvió a entrar murmurando un "joder" por lo bajo.

Ella ya no estaba segura allí. Bajó las escaleras y fue a la entrada, se puso su chaqueta y sus botas y salió directo a la universidad a verse con las chicas.

El joven cuelga la llamada bajo la mirada del hombre que lo ve fascinado con una sonrisa.

"Sabes bien hacer tu trabajo" el silencio del chico fue su respuesta. Siempre lo era. "Pero sabes que tenemos que quitarnos del camino a la niña ¿no? La amiguita de Padme sabe de nuestros planes" dió una calada a su cigarro y suspiró. "Encárgate."

El muchacho salió de la oficina, tenía un paseo que dar por la universidad.

OccidendumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora