Llevaba caminando sin rumbo por las calles de Konoha.
La guerra por fin había terminado, pero las consecuencias aun estaban latentes en esos momentos. La reunión de los clanes estaba comenzando, y los nervios se la comían viva, la vida del Uchiha estaba en peligro.
Uchiha Sasuke, el era aquel hombre que robaba todo de ella. El que hacia que todos en su hogar cuestionaran aquel cambio de aquella chica tan tímida a una mas determinada; sin contar la guerra, por supuesto.
¿Tenia que ir a visitarlo? Si, el había echo cosas peores para verla a ella, y ella debía al menos intentarlo, después de tanto pensarlo, ya estaba decidido.
— Primero iré a buscar a Naruto-kun, el me ayudara y sabrá mas que yo sobre que hacer en estos momentos — la azabache cerro y acomodo su chaleco, saltando hacia el tejado de una casa para ir a buscar al rubio en busca de ayuda.
Mientras el Uchiha aun se encontraba en la celda sentado, con sus ojos vendados y con aquel incomodo chaleco de alta seguridad que lo hacían dudar de que tan inteligentes eran en aquel lugar. Ya no tenia un brazo, la pelea con Naruto había sido mas de lo que había esperado, y había pagado una pequeña parte de todas las cosas que había echo e incitado a que ocurrieran.
Pero faltaba algo, le faltaba ella.
Había ocurrido mucho tiempo desde que se habían visto, desde el termino de la guerra. Ella había sostenido su mano; ahora ausente en aquel momento. Aun que solo había sido un momento, trataba de mantener la sensación en su mente, su tacto, delicadeza, y incluso la sangre con tierra que tenían sus manos en aquel momento.
Se recostó en aquella tabla que hacia de cama en ese momento.
Ahora su prioridad tenia que ser su vida, pero ya no tenia perdón, ya no había vuelta atrás. Pero ella no, ella no podía salir dañada de nuevo, menos después de perder a tantos.
— Hyuga — repitió por milésima vez en aquel día, y la primera desde que había anochecido.
— ¡¿Que tú que?! — soltó impactado el rubio saltando hacia atrás de la impresión. Esta bien, el recordaba un extraño acercamiento de su mejor amigo, Sasuke Uchiha y la azabache Hyuga. Pero ese tipo acercamiento, nunca lo había esperado — Nunca lo pensé de este Teme — pensó Naruto, mientras se rascaba la nuca, viendo como Hinata mantenía su postura firme pero angustiada mientras sostenía su pecho tratando de mantener controlada su ansiedad.
— Quiero ir a visitar a Uchiha san — repitió, mientras apretaba su chaqueta con la otra mano que no estaba en su pecho.
— ¿Enserio? ¿Hablas enserio? — repetía el rubio aun anonadado, a lo que ella asintió — ¡Entonces vamos! — le tomo el hombro a la chica con su única mano, sorprendiéndola un poco, sonrojándola levemente.
Esa conversación los llevo ahí, a estar arriba de uno de los lugares con mayor seguridad de todas las naciones.
Luego de dar una mala señal en un sector contrario de donde estaba el Uchiha, Hinata se acercó cuidadosamente cuando ya no había nadie por los alrededores. Sasuke había notado el plan por todo el alboroto y se había quitado de la vista de los guardias, dejando que ellos se confiaran y dejaran sus puestos.
La azabache acomodo su chaqueta y arreglo su cabello antes de abrir de un pequeño golpe la cerradura, sin romperla.
- Sasu-... - le llamo al entrar, cuerpo del azabache se veía entre la oscuridad, pero verlo amarrado y con sus ojos cubiertos la hacía sentir triste, y asustada de todo lo que ocurría, y mucho más por la falta de su brazo, acrecentando su preocupación.
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Solo di que si || Sasuhina ||
Fiksi PenggemarSentía que en ese momento moría, y ya había vivido la experiencia de estar muerto en vida cuando masacraron a su clan, y luego con la muerte de su hermano, incluyendo la definitiva durante la cuarta guerra. Pero en esos momentos era totalmente difer...