Capitulo 20

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Me quede en silencio durante el camino hasta que vi a john, SI...A JOHN.
—¿Que hace el aquí?—pregunté confundida, no me molestaba que estuviera pero no sabía que vendría. No me respondió así que seguí caminando cada vez más cerca de mi mejor amigo el cual actuó rápido y me extendió una rosa blanca.
—Por tu humildad.
Abrí los ojos mientras john se alejaba, seguí caminando pero esta vez me encontré a Chase con una rosa en la mano de nuevo.
—Por tu valentía.
¿Que era todo esto? Hoy no era mi cumpleaños.
—Por tu Paciencia— habló Morgan a mi lado entregándome la respectiva rosa.

A medida que iba caminando me iba encontrando a más de los chicos amigos de Samuel los cuales me entregaban una rosa junto con una cualidad como la honestidad, alegria, bondad, confianza, respeto, etc.

Samuel se fue de mi lado mientras yo seguía caminando por el camino iluminado de velas en el suelo con todas las rosas en mi mano.

Llegue al final del camino y miré la gigantesca torre en frente de mi. No entendía nada y no sabía dónde estaba samuel.
Alguien tocó mi hombro y me giré encontrándome a Samuel.
—¿Que fue todo eso Samuel?— pregunté muy tranquila, no sabía que había sido pero tenía que admitir que había sido muy tierno.
—Ayer te pedí que eligieras un día y dijiste 24 de julio, hoy—me agarró las manos y me miró fijamente—todas las cualidades que escuchaste anteriormente son las que tu tienes pero hay una en especial que quiero para mi solo—se rió nervioso.
—¿Cual?— pregunté con mis manos temblando, estaba igual de nerviosa que el.
—Tu amor. Me enamoré de ti desde el primer día que te vi peleando para que no llamaran a tu casa, no lo aceptaba porque tenía miedo enamorarme y mas si era de una chica casi 6 años menor que yo...pero luego me di cuenta que no puedo estar sin ti, sin tus besos, sin tus abrazos, sin nada que venga de ti—miró el cielo y luego a mi—por eso aquí frente a la torre Eiffel y en la ciudad del amor quiero pedirte que seas mi novia—me penetró con la mirada esperando mi respuesta.

Estaba siendo una chica egoísta. Me hubiera gustado contarle mi verdadera identidad antes de que pudiera ser mi novio pero no podía resistirme, estaba enamorada de Samuel brooks y cada día que pasaba sentía que lo empezaba a amar.

—Si, si quiero ser tu novia.

Me abrazó muy fuerte y me besó. Me separé después de unos segundos y miré a mi al rededor para ver si aún estaban los chicos, pero ya no estaba ninguno. Habían turistas nocturnos tomando fotos, riendo, mostrándose cariño, etc. Era perfecto todo.

—¿Quieres subir?—Samuel, que digo... Mi novio preguntó mirando hacia la torre.
—¿Se puede a esta hora? Son las 11.
—Princesa soy Samuel brooks, claro que se puede—respondió con el ego muy alto, me reí al recordar que había sonado como Chuck de Gossip girl y le agarré la mano rumbo a la entrada de la gran maravilla.
Me paré en frente de las escaleras y me quite los tacones.
—¿Que haces?—mi novio me miró alarmado por lo que hacía.
—Haremos ejercicio— respondí sonriendo mientras mi acompañante hacia una mueca.
—¡¿Subiremos por las escaleras?!
—Vamos—volví a agarrar su mano y empecé a subir corriendo.

Varias veces casi me caigo pero con ayuda de Samuel podía sostenerme y no pasaba nada, durante el exhausto camino nos la pasamos riendo y algunas veces nos dábamos besos cortos.
—Llegamos—susurré muy agitada. Había sudado a pesar de ser una noche fresca.
—Está vació. Tenemos suerte.

Me acerqué a una baranda y miré el oscuro paisaje. Se veían todas las luces de la ciudad.

—Anastasia—Samuel me llamó llegando a mi lado—gracias por aceptar ser mi novia, nunca había tenido una nueva de la cual verdaderamente estuviera enamorado.
—Me alegro mucho ser la primera, y tu deberías estar feliz por ser el primero también.
—Soy feliz siendo o no el primero—me abrazó por detrás y metió su cara en mi cuello oliendo mi perfume—¿porque nunca tuviste novio?.
—Me han gustado algunos chicos pero ninguno lo suficiente además de que Damon siempre me dijo que ningún chico era digno de mi amor y mi cuerpo—reí al recordar las palabras de mi hermano—pero es obvio que solo me lo decía por sus celos de hermano mayor.
—Estoy de acuerdo con tu hermano. Ninguno era digno de ti hasta que llegue yo. Un rockstar que vuelve loca a las chicas pero que se enamoró de una chica menor 6 años a pesar de poder tener la chica que él quisiera—sonrió y me besó en la mejilla.
—¿Puedes tener la chica que quieras?—me puse la mano en el pecho fingiendo dolor.
—A la que yo quiera, pero solo quiero a una llamada Anastasia.

Me giré y quede en frente de él, me acorraló poniendo sus manos en el barandal a ambos costados míos y se acercó a mi boca. Acorté el espacio entre nuestras bocas y le agarré el cuello atrayéndolo más hacia mi. El beso se puso mas intenso hasta el punto en el que ya estaba sudando y mis piernas temblaban cada vez que agarraba mi trasero.

—Vamos al hotel—susurré en sus labios con vergüenza.

Me soltó la cintura y me agarró la mano para luego meternos en el ascensor. Se acercó a mi y me volvió a besar mientras el aparato descendía. El elevador llegó al primer piso pero nos dimos cuenta unos segundos después cuando esté casi empieza a subir. Reímos unos minutos y luego corrimos agarrados de la mano por las hermosas calles de paris hasta llegar al hotel.

Nuestro deseo hacia el otro cada vez se hacía más fuerte, no nos podíamos dejar de besar.

—Si seguimos besándonos nunca podré sacar la tarjeta—admitió mi novio riendo conmigo y buscando la famosa tarjeta para abrir la habitación—¿tantas ganas me tienes?
—Entonces ya no te beso mas—me crucé de brazos y entré al baño.

Me arreglé un poco el cabello y salí a buscar mi pijama, pero antes de llegar a esta unas manos me agarraron por la cintura y quede acorralada entre la pared y Samuel.
—Quiero que me tengas las mismas ganas que yo te tengo a ti—susurró en mi oído haciéndome estremecer.
—Ya las tengo—susurré pero esta vez en sus labios.

Me besó, me besó más desesperadamente que nunca, sus manos bajaron a mis muslos y me levantaron haciendo que enrollase mis piernas en su cadera. Pasó de mi boca a mi cuello y luego a morder el lóbulo de mi oreja, esta sensación loca nunca antes la había sentido. Volví a besarlo pero después de unos segundos fui yo la que pasé a su cuello, caminó conmigo enrollada en su cadera y me posó en la cama. Nuestro momento era cada vez más tierno y más deseoso, hasta le quité la camiseta mientras él llegaba al cierre de mi vestido y lo jalaba de un solo.
—Eres perfecta—susurró en mi oído.

Estaba lista para entregarme a una persona de verdad. Samuel nunca me lastimaría y hoy mas que nunca estaba mas segura que quería mi primera vez de verdad con el así que sin que él lo pidiera me quite el sostén mientras mi novio abría los ojos sorprendido pero se le notaba su felicidad. Me volvió a besar y con mucho cuidado empezó a tirar del elástico de mis bragas, como no vio resistencia de mi parte lo bajo por completo.
—Quiero que me hagas tuya y que me hagas olvidar lo que me hicieron.
—¿Estas segura princesa?—preguntó serio, que caballeroso—si tu respuesta es un si te juro que esta noche no se te va a olvidar jamás porque será la mejor que vas a tener en tu vida.
—Estoy segurísima Samuel—admití y rápidamente me besó.

Agarró su billetera y sacó un pequeño papel plateado. Estaba asustada pero muy segura de hacerlo con el amor de mi vida.

Volvió a mi y me besó durante unos segundos para después adentrarse en mi y hacerme enloquecer.

Traficando secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora