Samuel
Anastasia me había hecho muy feliz al entregarme su virginidad anoche, la quería mas que a nadie y algunas veces me daba miedo amarla pero no me arrepentiría si pasaba.
—Ana ya te tienes que levantar, nos vamos en unos minutos. Dormiste todo el día—me senté a su lado y le sobé su mejilla.
—Tengo mucho sueño, no quiero ir—susurró con los ojos cerrados.
—¿Tan cansada te deje?.
Abrió los ojos como platos y me empujó.
—Claro que no...sólo casi no he dormido y me pesa el cuerpo—Levantó su torso y me abrazó por la cintura—te quiero.Me volvía loco su ternura y su manera de ser, me había sacado la lotería con esta chica. Eran las 5 de la tarde y había dormido todo el día, ni siquiera se había levantado para comer. En 2 minutos teníamos que estar en el lobby para llegar temprano a ensayar, pero con esta chica todavía durmiendo llegaríamos más que tarde a dar el show.
—Yo te quiero aun mas, pero ahora corre a bañarte y yo te saco la ropa—se levantó de la cama en ropa interior pero se dirigió a ver su celular, me iba a sacar de quicio. Fui rápido hacia ella y la cargué.
—¡¿A donde me llevas?!.
No le respondí, la metí en la ducha y abrí la llave.
—A la ducha.
—¡Está muy fría! ¡Eres un idiota!—gritó enojada mientras yo salía del baño riendo.Agarré una de sus maletas y abrí los ojos al ver la cantidad de cosas que había traído, no me imagino lo que sería su ropa completa en un armario. Saqué su ropa interior, unos vaqueros negros, su chaqueta de cuero y una camisilla corta verde militar, estaba seguro que no se llamaba así pero no era un icono de la moda para saber cómo se llamaban las prendas de mi novia.
Salió del baño unos minutos después y por arte de magia ya estaba maquillada, la apresuré para que se cambiara, se peinó un poco y salimos.
Entramos al estadio y corrí con los chicos a los camerinos en donde nos vistieron y nos maquillaron un poco.
Ni siquiera tuvimos tiempo de hablar o de orar, habíamos llegado muy tarde y para compensarlo tendríamos que hacer un show increíble.
—Samuel—mi mejor amigo apartó el micrófono de su boca y me susurró en el oído—estábamos pensando en subir a alguna chica y cantarle, tenemos que compensar. No sólo fue por Ana, todos salimos tarde del hotel—lo miré unos segundos y el decidí.
—Dile a seguridad que busque a tres chicas, somos 9 y dos chicas mas no hará ningún problema—respondí sonriendo al escuchar una chica gritando como loca mi nombre.
Chase asintió y corrió al Backstage para informar.
Después de un rato las chicas subieron con ayuda de seguridad y les cantamos un par de canciones aunque luego el ambiente se puso intenso.
—Haber...les daremos la oportunidad que nos hagan una pregunta a cada uno—el mas chico del grupo, leonard, propuso con una sonrisa de oreja a oreja.Las chicas gritaban como locas haciendo preguntas pero las únicas con la oportunidad de hacerlo eran las 3 que estaban en tarima con nosotros. Les hicieron preguntas a mis amigos y como de costumbre me dejaron a mi de último pero para preguntarme lo mas interrogado en las redes.
—¿Quien es la chica con la que te besaste?—el público gritó como loco al escuchar la pregunta.
Miré hacia la derecha y allí estaba mi hermosa novia mirándome con una sonrisa, sostuve la vista hacia ella hasta que asintió disimuladamente. Le había preguntado con los ojos si podíamos anunciar nuestro noviazgo.—La chica a la que besé fue la chica que ayer mismo me dió un si en la torre Eiffel—todos gritaron haciéndome sonreír—es mi novia, pero su identidad es algo reservado. Yo a ustedes los amo porque sé que también tengo seguidores hombres, pero también tengo una vida y hay cosas que tienen que ser privadas, les prometo que algún día la van a conocer y sabrán su identidad y conocerán su rostro bien, eso si... es hermosa—respondí y miré a Anastasia guiñándole un ojo.
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Anastasia
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Traficando secretos
Teen FictionY entonces la vi, con sus hermosos ojos mirando fijamente a la directora con la peor cara que un ser humano puede hacer Y con una perfecta sonrisa delatando sus actos de maldad... desde ahí me di cuenta que me había metido en un gran problema. Mirar...