¿Alguna ves has sentido que alguien te vigila constantemente?
Pues así se sentía Park JiMin desde que decidió mudarse por su cuenta a Seoul. Llego a comentarle a su mejor amigo lo que ocurría , pero pensó que no le creería o pensarían que se lo es...
Recogió sus cosas a toda prisa , llegaría tarde a su trabajo de medio tiempo nuevamente por culpa de su profesor , sólo esperaba que no lo despidieran de allí tan pronto. Corrió rápidamente a la salida de su salón dirigiéndose hacia afuera , para luego sacar sus llaves a toda prisa de su bolsillo.
— ¡Park JiMin!
El nombrado se giró rápidamente hacia atrás , ya que reconoció la voz de inmediato. Frunció su ceño algo molesto , no quería ser mal educado o grosero pero estaba a punto de ignorarlo e irse de allí. Pero decidió no hacer tal cosa y fue casi corriendo donde la persona que le estaba llamando , sólo esperaba que no se demorara.
— ¿Sí?.— Preguntó.
— Perdón , se que vas apurado pero quería regalarte esto.— Le extendió una carpeta.
— ¿Que es esto?.— Observó el objeto.
— Oh...— Río nervioso.— Sé que últimamente estás muy ocupado así que quería ayudarte un poco.— Sonrío.— Es todo el material que necesitas estudiar resumido , de todas las clases , para que no tengas que hacerlo todo después de que llegues cansado de tu trabajo.
— Oh dios mío.— Se sorprendió.— ¡Te debió tomar demasiado hacer esto! , de verdad que te lo agradezco mucho , eres mi ángel.— Se alivió el castaño abrazándolo.
— No es nada , espero y te vaya bien hoy.
— ¡Gracias TaeHyung , te veo mañana!.— Se fue corriendo de allí después de abrazar al chico , de verdad le había salvado la vida.
Rápidamente las mejillas de el chico más alto se tornaron carmesí y una sonrisa boba se apareció en su rostro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Suspiró cansado recostándose en una mesa de el restaurante en en el que trabajaba. Aquello se había llenado como nunca y le habían pedido a él que por esta vez sea un mesero , sus pies dolían de lo mucho que corrió de lado a lado y sus manos también. Se arrepentía un poco de haber dejado el nido tan temprano , sabía que no sería fácil vivir por su cuenta pero no se imaginaba terminar así de cansado todo el tiempo , admiraba a sus padres mucho más ahora.
— Toma , trabajaste duro.— Le extendió una bebida uno de sus compañeros de trabajo.
— Gracias.— hizo una reverencia tomando la bebida con cuidado.
— El restaurante estaba muy lleno hoy.— Se quejó el hombre.— Nunca había trabajado tanto en toda mi vida.— Acarició sus pies.— Me da mucha pena por tí , eres sólo un niño y mírate , trabajando tan duro.— Lo miró.
— No me quejo , lo hago para alcanzar lo que quiero.— Sonrío el castaño.
— Wa~ , eres un niño muy sabio , me siento como un padre orgulloso.— Tocó su hombro.— Espero y logres todo lo que quieras.