Un aroma realmente encantador para Hinata entraba por sus fosas nasales al despertar, abría sus ojos lentamente no podiendo visionar bien estaba apoyado en algo realmente calido. Realmente su cerebro no procesaba casi nada al despertarse y parecía que sus neuronas aún no despertaban. Extendió una mano y logró tocar el cabello sedoso del acompañante que dormía junto a el y en ese momento cayó en cuenta.
—¡Kageyama, la escuela..!—intentó levantarse pero fue denuevo acostado por el brazo del armador que se encontraba en su cintura.
—¿Ya desde temprano jodes? Ni siquiera sabes en que día estamos, es sabado. Vuelve a acostarte, es muy temprano como para que andes gritando.—Habló sin abrir los ojos y Hinata solo extendió su mano para agarrar su movil. 35 llamadas perdidas de su madre, estaba en problemas, pero en ese momento no podía, o mejor dicho, no quería irse, solamente notificó que estaba bien y dejo el movil a un lado. Miró a Kageyama con una gran tristeza y felicidad en su interior.
Sabía que no lo quería, que solo lo utilizaba para calmar sus hormonas, y no podía negar que lo ponía mal, de todas formas estaba enamorado de el y sabía que nunca se iba dar. Pero al menos podía disfrutar el momento, podía verle dormir, acariciarlo, besarlo...
Sonrió tristemente y alejó su manó dejando de repartir mimos por todo su rostro y cabello. El contrario fruncio la ceja notoriamente y abrió un ojo.
—¿Mm? ¿Quep?—Miró confundido al repentino enfado de Kageyama.
—Nada.—Calló lo que tenía que decir y se dio vuelta dandole la espalda. Era inevitable verlo así y no querer abrazarlo, y como dije inevitable, le abrazó sin verguenza alguna y apoyó su mejilla completamente pegada a la gran parte trasera de su amor platonico.
Desde un principio habían acordado en no enamorarse, no tener sentimientos, solamente disfrutar el momento. Pero Hinata sabía que si se negaba en ese momento su colocador sabría que estaba o se había enamorado de el. Pero simplemente debía guardar el secreto, y disfrutar el momento, aunque no lo tenía completamente, lo tenía de alguna forma ¿cierto?
Terminó dandose vuelta buscando aún mas contacto con su mejor amigo, intentando atraerlo aún más hacía el.
—¿Tienes ganas de desayunar algo? Ya te moviste tanto que me despertaste.—Refunfuno abrazando el cuerpo pequeño.
—Mmm... Nah, quedemosnos un ratito más así.—Se acurrucó aun más, intentando no soltarle.
—Tengo hambre, dale y no te dejare seguir durmiendo en mi cama, tarado.—Se sentó y observó al anaranjado que se negaba a levantarse.—Hinata, levantate.—Fue ignorado y frunció el ceño.—Hinata.—Llamó como ultima advertencía y colgó al mas bajo en su hombro llevandolo hacía la cocina.—Si que molestas.—
—Ya, ya, bajame, ya entendí.—Le bajo sin problema alguno y se dispuso a preparar unos cafes con un omelet para cada uno.—No hagas movimientos hacía con las manos, pareces un pervertido.—
—Me siento demaciado ligero, como si haya dormido increíblemente bien, hoy podría hacer las mejores colocaciones de mi vida.—Hinata se sentó mirandole confunfido.
—¿Y eso que? Me muero de hambre, dame ese omelet ya.—
—¡Se estan haciendo Hinata Boke!—Suspiro.—¿Podemos dormir más seguidos juntos?—Y denuevo casi se atragantanba con su propia saliva por lo que decía el contrario.
—¿¿¿Ehh???—
—Inclusó me siento aún mejor si duermo contigo, es por una buena causa. Ademas hasta ronroneabas tu fingiendo que era tu almohada.—Hinata hizo un puchero y desvió la mirada algo avergonzado.
—De igual manera no podría ir a dormir a tu casa, el lunes comienzo a trabajar en un cafe, por que Natsu y mama se van de viaje por trabajo, y vuelvo tarde a casa.—Bajó su mirada hacía sus muslos algo decepcionado, le agradaba la idea de dormir con el.
—Ire yo a la tuya, de todas maneras siempre vuelvo tarde a mi casa.—Hinata asintió y sonrió internamente, podría jurar que se comenzaban a parecer una pareja, pero sus ilusiones eran muy tontas, solo hacían ello para el beneficio de voley en Kageyama.
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No se marchó muy tarde después de desayunar, y Kageyama se fue seguido de el sin que se diera cuenta. Tenía que besar a otra persona que no fuera el anaranjado insoportable y siempre las mujeres se le entregaban facilmente.
La besó, la toqueteo un poco, ¿Y que había de malo? Ahora no sentía nada, se le hacía hasta repugnante, aburrido. ¿Era por aquella mujer? No, buscó a otras dos y lo mismo, ya nisiquiera lo dejaban agusto siquiera un poco. No lo calentaba ni un poco.
Se sentó en su cama con sus manos en su rostro, sin entender un carajo, y refunfuno de furia tirandose por completó en su cama. Olfateó sin querer, ligeramente, aún contenía el aroma del alegre de su mejor amigo, esta vez olfateó mas intencionalmente y refregó todo su rostro en la almohada que poseía su perfume, en un abrir de ojos tenía una erección entre sus pantalones.
Mordió su remera para evitar hacer ruido, y se mansturbó después de varios meses sin necesitarlo, subió y bajó repetitivas veces su mano hasta llegar al orgasmo.
El shock del momento lo dejó pensativo, ni unos buenos pechos, ni un buen trasero lo habían podido calentar ¿Pero el aroma de su amigo si?
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Amigo Con Derechos [Kagehina]
Fiksi PenggemarKageyama colocador de Karasuno, un chico que se acuesta y pasa el tiempo con cualquier chica que se le pudiera cruzar. Algo insatisfecho decide probar con alguien nuevo y no tubo mejor idea que intentarlo con el señuelo del Karasuno quien estaba loc...