Se había enamorado de una sirena. En unos de sus encuentros, él le preguntó como podrían estar juntos de verdad. Ella dijo que cortando su cola podría tener piernas. Él estaba confuso por ese razonamiento pero ella insistió en que funcionaría. Al siguiente encuentro, él acudió con una espada dorada, dispuesto a cumplir con ese acto tan violento. Y lo hizo, cortó a la sirena casi por la mitad. No hubo sangre ni en la arena ni en la espada pero la chica no se movía. El muchacho llevó sus dos mitades al mar pero tampoco ocurría nada. Entonces se dio cuenta de que le había mentido. Ella tal vez quería morir y seguramente esa fue la razón de su primer encuentro pero ahora él nunca lo sabrá. El chico cubrió el cuerpo de su amada con cuidado y la llevó a sus tierras. Allí haría una tumba junto a un hermoso lago.
Pasaron los meses y empezaron a ocurrir cosas extrañas en aquellas tierras. Los animales estaban muriendo y algunas zonas verdes se marchitaban. Al principio pensaron que era una plaga pero algunos de los aldeanos creyó en que podría ser una maldición.
En uno de sus tantos paseos por la orilla del lago, hubo una ocación en la que le chico pudo distinguir sobre el fondo una silueta familiar. Quedó horrorizado ante tan macabra idea pero no dudó en ir a visitar la tumba de su amor secreto.
¿Acaso ella aún vivía?
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Navegando por mis sueños
CasualeEn este apartado encontrarás sueños que he podido recordar y a los cuales les di un poco de sentido para poder narrarlos. Cada capítulo es un sueño diferente.