Una razón // Anne with an e

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𝕸𝖆𝖗𝖎𝖆𝖓𝖊, 𝕻𝖗𝖎𝖘𝖘𝖞 & 𝕸𝖔𝖔𝖉𝖞.

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La chica suspiro profundamente mirando al cielo, se sentía perdida.

—Me fui de Avonlea cuando tenía trece años, dejando a mi padre, hermano, mejor amiga y amigo atrás. Las cosas en el huerto no iban bien para mí papá, se le veía cansado - le sonrió a Cole, quien la miraba con atención - decidí que era mejor que me fuera. Pará mí yo de ese entonces pensaba que era una boca menos que alimentar. Tomé un poco de ropa en una bolsa y le quite a Gilbert unos pantalones, fue así cuando pude empezar a trabajar en el muelle de Charlottetown. Tiempo después pude colarme al barco y fue cuándo llegue a diferentes lugares y seguí colandome hasta llegar a Londres — Dijo soltando un fuerte suspiro.

Como si le doliera respirar.

<< Encontré un almacén que abría las veinticuatro horas del día, me dieron hospedaje junto a alguien que ya estaba ahí, Mariane. —sonrió — para ese entonces la chica tenía 15 años y habia escapado para no casarse con un viejo. Nos llevamos bien al instante, cuándo estaba instalada le mande una carta a papá — miró a Cole a los ojos —No contestó. Supongo porque estaba un poco dolido — desvío la mirada hacia el frente.

Caminaban por el bosque sin rumbo.

<<Paso un año, tenía catorce y el sueldo por estar ahí no subía, siempre pensé que era por que nos proporcionaban comida —soltó una risa sarcástica — los demás que trabajaban ahí renunciaron y solo quedamos Mariane y yo, no teníamos a dónde ir. Fue entonces cuándo nos dimos cuenta que aún así, nuestro sueldo no subía a pesar de pasar ahí casi las veinticuatro horas del día —la voz de Gina salía con un pesar tan grande de enojo y tristeza — A las siete le entregabamos el almacén a mi jefe y su mano derecha, nosotras dormíamos y comíamos hasta la cuatro de la tarde a partir de ahí hasta las siete otra vez y así era. Mariane enojada por la ahora miseria de comida, comenzó a tomar cosas del almacén. Pronto me le uní — esta vez Cole la miraba con sus ojos abiertos, pero ella evitaba la mirada. — algunos meses después, decidimos juntar el dinero para poder irnos, renunciar e irnos. Nos alcanzaba, pero mala suerte, nuestro Jefe se entero que le robamos, nos quito todo y nos dijo que no nos llevaría ante la ley pero que nuestra condena era trabajar para el cinco años sin sueldo — los ojos de Gina oscurecieron por un momento —No podíamos hacer más. Mariane no aguantó quiso escapar pero terminó con una bala en su pecho — Gina sintió que de sus ojos caían lágrimas involuntarias — Mariane falleció en mis brazos el día de mi cumpleaños número quince. Mi jefe se encargo del cuerpo y me amenazó.