37. Angel with a shotgun.

3.2K 173 15
                                    

El ángel observo a la chica reír con sus amigas en esa pintoresca cafetería. El viento soplaba más frió que de costumbre por el inicio del otoño y los colores que iluminaban el cielo le daban una vista hermosa a la chica como si de una pintura se tratase.

W, era un Ángel especial. Era el más poderoso y el que tenía más experiencia entre los suyos, gozaba de especial inmunidad y podía escoger sus trabajos con libertad. Por eso era el favorito del Superior.

Llevaba meses vigilando a la chica. El superior le dio la especial tarea de vigilar a este pequeño ser humano hasta que fuera necesario. La chica era un ser bastante interesante, era pequeña como una niña pese a tener una edad adulta, sonreía con sinceridad a todas las personas y gozaba de una especial tranquilidad que le contagiaba a todos los que se encontraran a su alrededor.

Se suponía que meses atrás tenía que haberse llevado su alma, pero algo en ella le impidió hacerlo y el Superior no cuestiono su decisión.

Volviendo sus pensamientos al momento, el Ángel siguió a la chica que se había despedido de sus amigas y que caminaba aferrándose a su saco negro por el frió. Caminó al lado de ella sin materializarse observando sus facciones. Sus pestañas eran de un precioso tono caoba, pudo apreciar esas pequeñas pecas que con celo contaba cada noche en la que ella se iba a dormir. Por un momento pensó que la chica lo estaba observando cuando se detuvo abruptamente y se le quedo viendo fijamente, pero deshecho la opción cuando volvió a emprender marcha hacia su casa. Una vez que estuvo sana y salva en su casa el Ángel tomo un par de respiros en la puerta. Había leyendas que circulaban entre los suyos acerca de que cuando un Ángel de la Muerte se enamoraba, podía ser visible para el ser al cual le había entregado su corazón, pese a que no se materializara. Las dudas lo inundaron nuevamente, pero se tranquilizó al pensar que si fuera visible para la chica ella hubiera preguntado quien era él.

Una vez sereno, el Ángel camino traspasando la puerta y visualizando a la pequeña chica que yacía leyendo un libro en el sillón, mientras jalaba su mantita sobre sus piernas. No puedo evitar volver a admirarla. En el tiempo en el que el trataba de calmarse, la chica se había retirado el maquillaje, puesto su pijama y atado el cabello en una tierna coleta alta. En ese momento se preguntó cómo era tan perfecta, podía ver sus defectos, sabia de que carecía la chica, pero, aun así, era más hermosa que cualquier modelo que hubiese visto en años, era más hermosa que nadie.

Sintió su pecho burbujear. ¿Cómo podía estar tal ente maligno con alguien como ella? No iba a condenarla a una eterna vida de frialdad, prefería cuidarla desde lejos viéndola crecer, casarse y... morir. Era lo único bueno que él podía hacer por ella. Solo cuidarla.

Su mente imagino mil y un escenarios donde la veía con algún mortal ser feliz, dolía, pero para el Ángel era la única opción. Hasta que una voz lo interrumpió.

- ¿Y bien? Es la primera vez que te veo tan claramente ¿y solo te quedas ahí estático? – Musito la chica con un deje de diversión en su voz.

¿Acaso se había materializado? ¿en realidad lo estaba viendo?

- Para ser un Ángel de la muerte eres muy tímido, ¿o te comió la lengua el gato? – Hablo nuevamente la chica - ¿o no eres un ángel de la muerte? -

- ¿Cómo sabes lo que soy? - pregunto el inmortal una vez que pudo salir de la sorpresa.

- Fácil, vistes todo de negro y siempre que estas cerca siento más frió. -

- Podría ser Lucifer. -

- No lo creo, me haz cuidado mucho tiempo para ser el Diablo, él no es tan bueno. - Menciono tranquilamente.

ATEEZ // ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora