Cortas historias de Ateez.
#1 Ranking Yunho. 27 enero 2021.
#3 Ranking San. Seonghwa.
#4 Ranking Jongho.
#33 Ranking Ateez ✨
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Su alma y su cuerpo eran dos cosas totalmente diferentes, él era uno consigo mismo, pero se fragmentaba de manera perfecta.
Mi tormenta y mi verano, mi brisa y mi dolor. Dos polos opuestos, ajenos, atraídos por una conexión.
Él era perfecto, incomparable, él era todo y nada, olas de mar y fuego ardiente.
Rasgos afilados, cabello cereza, y esas manos...
No me interesaba, no me importaba, pero sus manos me doblegaron. Frías y fuertes, doblegaron mi cuerpo, doblegaron mi orgullo.
Yo era una galaxia y el un universo, un universo lleno de misterios, de energía y de oscuridad.
Él era devastación y vida.
Mi vida, consumida por él, por sus labios, por su amor.
Él no es mío, él se pertenece así mismo, pero somos, somos, nos pertenecemos. Tal vez algún día él pueda ser mío y yo pueda ser suya. No lo sé, no pretendo forzar al destino, no pretendo forzar mi amor. Porque él es un Dios y yo soy yo, porque mientras sus brazos me envuelvan cada noche, su piel transpire contra la mía y sus labios conecten los míos, no necesito que sea mío, lo necesito a el, necesito su devastación.
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Él tiene mil formas, mil estilos, pero a mí me gusta en azul eléctrico, me gusta con rasgos afilados y ese estilo artístico.
El roce de los cuerpos me devuelve a la realidad, su sonrisa felina me hace suspirar y empujar mi lengua contra su boca. Sus dedos se incrustan con fuerza en mis caderas, pero no hay dolor, solo placer. Un gemido ronco brota desde lo profundo de su garganta y mi necesidad aumenta. Empujo mi cuerpo contra su erección causando una risa burlona de él, mis ropas se encuentran el suelo y el sigue intacto, pulcramente vestido. No dice nada , yo tampoco, prefiero la acción por lo que mis manos desabrochan con rapidez su camisa para pasar a su pantalón, pero me detengo jugando con el borde de su ropa interior, sus ojos dan un destello en colores dorados y su mano me detiene, el gran Dios ha perdido el control.
Los mordiscos y jadeos inundan la habitación, el empuje de sus caderas provoca espasmos que me hacen temblar en sus brazos , el lleva el control marcando un ritmo tortuosamente lento, mis manos van directamente a su cabeza donde jalo los largos mechones azul eléctrico, mi toque tiene respuesta cuando su boca succiona con parsimonia mi cuello, el deseo me quema, el me consume, me remuevo contra su falo pidiendo más, el gruñido me advierte que esto está por concluir, y así sucede cuando siento su semilla llenarme profundamente, me desmorono contra su pecho, el sonido de su corazón humano me relaja.
- No haz dicho palabra hoy - afirmó .
-No necesito palabras contigo Hongjoong.-
-Oh, ¿así que soy solo sexo?- pregunta divertido mientras nos tapa con las sabanas.
- ¿quieres ser algo más?-
-lo quiero, tú lo sabes.-
Mi comodidad se esfuma y mis ojos enfocan su rostro, sé a dónde se dirige esta charla.
- Eres un Dios.- afirmo.
-y tu una Diosa, quédate conmigo.- sus dígitos acarician mis labios con anhelo.
- Lo lamento Hong, no puedo.- determino para levantarme de la cama y vestirme.
-Te amo.- susurra.
-lo se.- y con eso emprendo mi camino.
La mirada en mi nuca quema, pero no me importa, porque tal vez nunca podré quedarme.
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