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El superintendente fumaba un cigarro apoyado contra su coche patrulla, observando como los médicos curaban a los abatidos luego del tiroteo. Mientras, aquellos policías que salieron ilesos se llevaban a los atracadores para procesarlos y meterlos por un buen tiempo en la federal. 

Por suerte, como estaban en el medio del monte, ningún civil fue herido. 

—¡Así no se hace! ¡Coño! 

Se volteó curioso al oír el grito del subinspector, Fred, quien ya había sido curado y estaba esperando por Dan. 
La pobre médica se alejó sorprendida, ya había terminado de vendar al de pasamontañas negro cuando el otro le había gritado. 

—Sana sana, curita de rana, si no sana hoy sanará mañana —cantó el de pasamontañas blanco, dejando un pequeño beso en la herida de su hermano— ¿Mejor Dan? 

—¡Sí! Gracias Fred, no sé que haría sin ti. 

—Hombre...somos familia, no hay nada que agradecer. 

Conway dio otra calada al cigarro, sin poder creer lo que había visto. 


Like a Kid | IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora