Bela

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Estaba soñando dulcemente hasta que alguien empezo a decir bastante alto  mi nombre y a zarandearme.Intente apartar esas manos de mi y lo conseguí. Al minuto... ¡PLAS! Tortazo en toda la cara. Abrí los ojos de golpe y me encontre de frente con Oliv, Brit y Bela y sus caras eran de pocos amigos. Me incorpore y me gire a todos lados. Ya entendía sus caras. Estabamos solas en el avión con dos azafatas y los que supongo serían los pilotos esperando. A nosotras. Bueno, mas bien a mi...

Me levanté a toda prisa y cogí mi sudadera y mi equipaje de mano. Pedí disculpas a todos. La azafata encargada de nosotras cuatro, nos acompaño a recoger nuestras maletas y luego nos llevo hasta un taxi, al que le dió la dirección de nuestro hotel en francés. Luego nos deseo una buena estancia en español pero con acento francés. Nosotras no habiamos cruzado palabra desde el aterrizaje. Al meternos en el taxi, Oliv y yo miramos por la ventana derecha, todo, con mucho detenimiento. Estabamos fascinadas. Estabamos en París. Las cuatro. Solas. Sin reglas. Sin control. 4 días nos esperaban hasta que cogieramos un vuelo de ida a Londres. Iban a ser 2 meses increibles. Oliv y yo giramos la cabeza hacia Gin y Brit y estaban igual de fascinadas que nosotras. Ellas tambien giraron la cabeza y nos miramos todas. Empezamos a reir y nos abrazamos.

En cuanto llegamos, pagamos al taxista, bueno habló Gin, que para eso es la experta en idiomas. Bajamos del taxi, y el hombre nos ayudoa sacar las maletas. Le dimos las gracias en francés y entramos al Hotel Resorte Paris. Parecía muy bonito por la fachada. Eran todo tonos dorados, negros y marmol. Entramos y en efecto, era precioso. Le entregamos a Gin nuestros papeles y documentaciones y fué a registrarnos mientras nosotras esperabamos en unos sillones negros de terciopelo que, sinceramente, me dieron un poco de grima.

Cuando Gin volvió, cogió sus cosas y subimos a la habitación. Era una habitación bastante amplia. Habia 4 camas, con sus respectivas mesitas de noche. A la entrada había 2 amarios espaciosos, aunque nos daba igual, pues para 4 días no ibamos a deshacer las maletas.

Oliv y yo nos miramos y sonreimos con complocidad. Corrimos a toda pastilla para tirarnos en plancha en 2 de las camas.

-¡Paris baby!- dijo Oliv. Yo reí.

-Bueno, ¿qué esperamos para darnos una ducha y salir de farra, nenas?- grito Brit.

-¡Yo primer!- dije, y rapidamente me deshice de mi ropa y entre desnuda al baño. Me dí una buena ducha, había sudado con la siesta en el avión. Me lave el pelo y salí. Tomé una toalla y me sequé. Cogí un albornoz y me puse una toalla en el pelo. Salí y encontré a Oliv y a Gin buscando en sus maletas. Una vez más, Brit ya no estaba.

-¿Y Brit?- pregunté.

-Ha salido a hablar con sus padres.- dijo Oliv.

-¿Y desde cuando sale fuera para hablar con sus padres?- volví a preguntar.

-Será Alan, y no quiere que la demos la tabarra...- repitió Oliv con tono despreocupado. Yo miré a Gin. Y ella a mi. Nos miramos como nos mirabamos cuando estamos de acuerdo. Y esta vez estabamos de acuerdo en que la llamada de Brit iba más allá del chico que la gustaba. Pero decidí no meterme, cuando ella estuviera lista, nos lo contaría.

-¡Mi turno!- gritó Oliv. Se quitó la ropa interior y se metió al baño. Mientras tanto yo probé mi cama y me tumbé en ella un rato.

-Tú también piensas que no era Alan, ¿cierto?- me soltó.

-No se que pensar Gin...- rodé por la cama.

-En el avión me desperté porque me meaba, y, no la ví, pensaba que estaba en el baño, pero no estaba y al volver la encontré en su asiente con la cara como hubiera llorado y- en ese momento Brit abrió la puerta con una sonrisa.- y la señora se sonrojó mucho por lo que dije.- intentó fingir Gin.

Cartas al agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora