Dama de acero. (En progreso)

Punto cero

—... Y como bien se me hace anunciarles, hay muchos motivos de celebración en este día —Adhara alzò su copa sonriente, con el brillo del triunfo destellando en sus ojos avellana—, pero el principal es que SH Corp. se ha levantado como una de las mayores compañías de software del mundo. Es oficial que contamos con nuestras propias herramientas de desarrollo, para realizar potentes aplicaciones como SH Designer, SH Software Developer y SH Suite Developer; y esto nos ha lanzado al estrellato —Su mirada afilada se paseó por todos los presentes sentados a la amplia mesa de conferencias del salón.

Mientras que anunciaba su triunfo, su secretaria se encargaba de servir en las copas de los accionistas el champagne para el brindis. Le había costado tanto esta victoria, largando las uñas, y mucho más que el sudor para estar de pie aquí hoy, a la cabeza de High Sky Corporation y como le prometió a su padre, logró sacarla a flote tres años después.

»Nuestro sistema de gestores de base de datos, ha sido calificado como uno de los más completos del mundo; y por eso, el arduo trabajo de programadores e ingenieros de la empresa ha sido más que remunerado. Las acciones están por los cielos y todo marcha más que sobre ruedas.

Los aplausos no se hicieron esperar, y muchas copas se alzaron en honor de ella, quien por su intrépida dirección, ha logrado sobresalir, aún cuando todo a su alrededor vaticinaba lo contrario.

La empresa estaba al punto de la quiebra cuando falleció su progenitor, y muchos de los accionistas incluso se retiraron al ella tomar las riendas. No confiaban en su juventud, ni en su preparación y hubo hasta algunos energúmenos que pusieron en duda su efectividad, solo por llevar trompas de falopio. Demostrarles a los conservadores y tradicionalistas su valía, fue un dolor de cabeza.

Pero su fiereza la llevó hasta este día.

"La dama de acero", como era comúnmente conocida ahora por los medios, se granjeó tamaño epíteto a golpe de arduo trabajo, y de gobernar con mano de hierro, sin permitirse a ella misma ser débil, y dándole a la palabra mediocridad sinónimo de "blasfemia" en su vocabulario personal.

A la edad de veintinueve años es ya muy respetada en lo que llamarían "Un mundo de hombres".

Le costó tanto lograr que nadie se atreviera a hacerle frente en los primeros años que tomó el liderazgo. Tuvo que mostrarse  implacable e inamovible, y probar tener un agudo ojo para los negocios y un coeficiente intelectual muy por encima de la media.Grandes empresarios fueron doblegados por ella en ese mundo de negocios. Su lengua se acostumbró a ser filosa y tuvo que elevar sus estándares, de otra manera, no hubiera tenido chance.

Mantener su cargo de presidente, le ha costado sangre, sudor y lágrimas.

—Muchas felicidades, presidente.

Su asistente personal la observaba sonriéndole a su derecha, con el orgullo reinando en su rostro entrado en años. "Mad", como la llamaba el Sr Valencie, era una de las más valiosas herencias que pudo dejarle. Si Adhara tuviera que representarla de alguna manera, sería como un muro fortificado de titanio. Esa mujer la ha cercado de todas las maneras existentes.

—Para tí también, Mad —le sonrió de vuelta aceptando que le volviera a llenar la copa—. Tienes tanto crédito como yo, te mereces el mundo.

—Si me lo hubiera ofrecido veinte años antes... —la oscura mirada de la señora de cabellos relucientes con canas, se paseó entre el monto de hombres que conversaban entretenidos, exultantes de alegría a causa del triunfo por el cual apenas movieron un dedo, mientras se acomodaba los bajos de su cara chaqueta negra —. Ahora solo me conformo con un buen plan de retiro y gastarlo con mi marido gruñón en alguna isla perdida del mundo.