Rena (Conflicto de hermanos)

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Capítulo diez:
"Detesto la lluvia"

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Rena

Corrí hasta la salida de la residencia, ya parecía haber creado una costumbre extraña de correr detrás de los hermanos, llevaba la pequeña mochila al hombro, y se podía escuchar claramente cómo todas las cosas saltaban dentro, provocando un posible desastre.

Mis pisadas se escuchaban claras ante el profundo silencio lo que no es fácil de presenciar en la residencia, la lluvia había sezado en un abrir y cerrar de ojos, lo que aportaba incluso más calma.

—¡Natsume!—Grite apenas llegue a donde descansaba mi calzado.

Había conseguido detenerlo a escasos centímetros de abrir la puerta, saque las llaves de mi moto del bolsillo de los shorts y comencé a menear frente a su rostro.

—Te llevó y no acepto un no por respuesta, menos alguna excusa del tipo, ya es muy tarde para que una chica ande sola.

Sentí como si sus ojos llegaran hasta lo más recóndito de mi persona, analizando un vete a saber que diache.

—Si sabes precisamente que me voy a negar, por que insistir.

Ladee la cabeza mientras me agachaba para colocarme las botas, aún sentía sus ojos sobre mí.

—Por que no hay nadie más a estas horas que te podrá llevar a casa, y quien sabe si vuelve a llover imagino que no quieres dormir en una banca, claro, en el mejor de los casos.

Y sin refutar asintió.

"Eso fue más rápido de lo que creí"

Salimos de la residencia y parqueada en frente, mi moto con dos cascos, la cual descansaba sin gran nivel de agua encima.

"Que alivio"

Me monte y le extendí un casco para proceder a colocarme el mío.

—¿Sabes donde vivo?—preguntó detrás de mí.

Gire la cabeza—Contaba con averiguarlo esta noche~

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—Con que aquí vive Natsume~ nada mal~

El departamento no era extenso ,sin embargo, es acogedor.

—Deberías de regresar antes de que sea aún más tarde.

Ladee la cabeza mientras me quedaba parada en la puerta esperando a que me dejase pasar.

No respondí, ni siquiera me moví de mi puesto , la mayoría de las veces estaría más que gustosa de invadir el espacio personal de quien sea, pero Natsume entre todos los hermanos era con el único al cual no me gustaba desmadrar tanto, por lo que preferí ceder.

Rodee los ojos al mismo tiempo en el que alzaba los brazos en señal de rendición.

—Descansa Natsume~, ya sé dónde vives espera mi visita.

Puede ver una pequeña sonrisa nacer en su rostro.

—Esperare tu visita Rena y gracias por traerme—dijo lo último mientras posaba una mano en mi cabeza y me despeinaba.

Bufé—Hombre~ puede parecer un espantapájaros sin tu ayuda.

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Toque el timbre por doceava vez, tiritaba de frío, tenía toda la ropa mojada, y mis botas en la mano contraria que intentaba atravesar el timbre.

Escuche un coro de ángeles al momento en el que abrieron la puerta, me abalancé hacia mi salvador, valiendo un carajo que esté mojando por completo a Natsume y mucho menos sin pensar en el grado de sorpresa que debe de estar pintando en su rostro.

"Joder tengo frío, y tu está todo seco, nadie muere si de paso aprovecho qué estés calientito"

—Za-zanahoria por-por qué no abrías la puerta pensé que moriría—dije intentando no temblar.

Pareciera que fuese Natsume el que estuviera congelado en su lugar por lo que preferí soltarlo y verle directamente a los ojos.

—¿Está ves si me vas a dejar entrar?

"Ósea es su casa, pero yo no quiero morirme"

Él cabeza de zanahoria se hizo aún lado, mientras negaba, entré quedándome aún así a corta distancia de la puerta que escuchaba cerrar a mis espaldas.

Suspire de alivio al sentir la calefacción.

Me abrace a mí misma en busca de aún más calor, a lo que sentí una toalla al rededor de mis hombros.

Alce la mirada encontrándome con quien reside en el departamento, quien sostenía un cambio de ropa.

—No es buena idea que te quedes mojada podrías resfriarte.

Deje las botas en el suelo, para poder tomar correctamente la ropa.

—Gracias Natsume.

No sé bien qué aspecto debo tener y menos que clase de expresión tengo en el rostro sinceramente esta era una de las razones por lo cual no le desmadraba, desde la infancia, Natsume era el modelo de hermano mayor con el cual siempre podrías contar para que cuidase de ti.

Y aunque Hikaru sea la persona más importante para mí, mi apego a ambos cabeza de zanahoria son muy diferente, por igual el de Thusu, tengo a los hermanos Asahina guardados en mi memoria, cada pequeño detalle atesorado con gran importancia, sin embargo, si ellos no me recuerdan, los mantendré como recuerdos en mi corazón.

Me dirigí hacia el baño, no sin antes dejar la mochila sobre la mesa de la sala, sentía algunos pasos detrás de mí, era más que obvio a quienes pertenecían, lo normal sería que él me guiara pero yo de por si me sabía el camino, al llegar a la puerta sentí una mano en mi hombro y me giré  en respuesta tan solo un poco para poder ver la razón de por que me detenía.

Claramente quería decirme algo sin embargo se abstenía de siquiera abrir la boca, le regale una sonrisa a la par que curvaba la cejas.

Era la mejor respuesta para el momento porque tampoco sabía bien qué decir, sabía que la lluvia había intensificado ya que había caído de lleno sobre mí, pero se sentía tan lejana, podría jurar que incluso había acabado, el tiempo entre ambos parecía haberse detenido, la única señal de que todo seguía avanzado, cuál reloj llevaba los segundos contados, eran las constantes respiraciones que incluso se acompasaban.

Pero tenía miedo muy en el fondo, no quería repetir aquellas acciones infantiles de querer estar en brazos de alguien que me hiciera sentir aquella calidez, ya que al igual que el agua se escapa de entre los dedos, ya no era una niña, ya no me gritaban mis padres, ya no corría hacia aquella lejana residencia, ya no deseaba recordar, deseo que me recuerden, que alguien me reconozca.

"Las pocas acciones impulsivas, tampoco era para repetirlas constantemente y menos si no hay alguna razón que le encumbra"

Vi sus labios moverse, y antes de dejarle mediar alguna palabra, me giré, abrí la puerta del baño para no solo estar entre paredes aún más estrechas, sino, para recordarme, que aún soy simplemente Rena.

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"Por esta vez, trátame como una hermana, abrázame, consuélame, dime qué todo estará mejor, hazme sentir que yo soy querida, te lo suplico, ¡Miénteme!"