En donde cinco mejores amigas son conocidas por tener la peor reputación en todo el pueblo. Solo se tenían la una a la otra y era todo lo que necesitaban para ser felices... Hasta que unos chicos entraron a sus vidas para cambiarla por completo y ah...
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La primera en romper en llanto fue la castaña, estaba completamente devastada. Sus sollozos cada vez eran más fuertes; Sadie no tardó en tomar su rostro y apoyarlo sobre su hombro mientras acariciaba su suave cabello y la rodeaba con sus brazos.
—Yo no entiendo— habló entre dientes. —En serio que no, ¿como pudimos haber sido tan estúpidas?— escupió con rabia. La castaña envolvió sus brazos en la cintura de Sadie y se dejó consolar.
—Debí haber dejado que mi papá lo mate— la pelirroja confesó con la mirada perdida mientras una pequeña lágrima caía por su rostro. Todas sabían que no lo decía en serio pero saben que en estos momentos se siente como todas; traicionada.
—No sé cómo pude pensar que alguien como él quisiera estar conmigo— soltó Sadie con tristeza mientras seguía acariciando la cabeza de la castaña.
—Estoy embarazada— todas las miradas fueron dirigidas a la rubia dejando a las demás completamente sin palabras. Ella no mostraba ninguna expresión, estaba ahí sentada en el piso pero su mente estaba perdida. —Estoy embarazada.— volvió a repetir cubriéndose el rostro con sus manos y sollozar. Ninguna tardó en ir hacia ella, se acercaron, todas juntas uniéndose en un abrazo, el cual reflejaba tranquilidad y calma porque sin importar qué, sin importar quien estuviese más rota, sin importar las circunstancias, siempre estarían ahí para la una para la otra.
Bien, sé que se mueren por saber que fue lo qué pasó pero para eso tengo que contar toda la historia desde el principio, el cual, empieza desde el primer día de clases...
Maddie.
Primer día de clases.
Y aquí vamos otra vez, el nuevo y último semestre de preparatoria. Otro semestre en esta escuela de porquería con gente narcisista, maleducada, engreída, despreciables, egoístas, envidiosos, crueles, desagradables y muchas cosas más, pero gracias a dios, el último.
