Capítulo 2

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"Bip bip bip bip"

El sonido del despertador me sacó del profundo sueño en el que me encontraba y me trajo de vuelta a la realidad. Aún somnolienta con los ojos apenas abiertos gracias a la desvelada de anoche pude ver que eran las 10 AM.

De seguro mi madre ya se había marchado, nunca duraba más de 6 horas en casa.
Luego de quedarme en la cama por otros 15 minutos decidí que ya era hora de poner a funcionar mi día, lo tenía todo para mí ya que estaría sola en casa y Cath no vendría hoy. Su padre y ella estaban trabajando en el lazo "PEH" ( Padre e Hija).
Por lo que todos los sábados se iban a las afueras de la ciudad a pescar y pasar tiempo juntos. Lo que ponía el humor y paciencia de Cath al límite de lo que podía aguantar todas las semanas y no la podía culpar. Era una chica de ciudad y totalmente independiente. Amaba salir de compras y ver revistas de Sexteen. Pero lo hacía por hacer feliz a su Padre.

Al contrario de Cath, a mí me encantaba el campo y muy a menudo conducía mi automóvil hasta las afueras a disfrutar del paisaje a orillas del río. Mi casa se encontraba a 30 minutos en coche del centro de la ciudad, por lo que estaba alejada del bullicio, de todo el gentío y eso era lo que más amaba. Disfrutaba de la tranquilidad que me ofrecía el lugar. Era una sutil mezcla entre un lugar urbanizado y rústico. Pero claramente yo era la única que le veía el lado bueno, ya que mi mama pensaba exactamente todo lo contrario.

Luego de vestirme y tomarme el pelo en un coleta, baje a la cocina y me serví un poco de cereal con leche de chocolate: mi favorita y la única que tomaba. Y al abrir el congelador pude notar que el suministro eléctrico se había reestablecido.

Luego de llenar mi estómago con algo nutritivo, alguien llamó a la puerta.

-Como no abras la maldita puerta juro que la derribo Lauren - dijo la voz de Cath del otro lado -Oficialmente soy una fugitiva- levantó la voz.

-Te hacía con tu padre -respondí abriendo la puerta mirándola con sorpresa. Venía empapada.

-Ni lo digas. Lo han llamado del trabajo para solucionar un problema con carácter de URGENTE y he tomado la oportunidad para escapar de ahí antes de que se le ocurriera alguna solución.
Y quería pasar tiempo de calidad con mi mejor amiga -anunció sacando un paquete de bombones y snacks de su bolso.

-¿Que haría yo sin ti?

-Mejor ni te atrevas a averiguarlo -exclamó mientras me regalaba una sonrisa.

Luego de pasar horas viendo una maratón de Harry Potter, Cath y yo decidimos que era hora de dar por terminado el fantástico sábado. Debía admitir que su compañía era la mejor del mundo.
Durante años habíamos sido mejores amigas y estar en su compañía me hacía olvidar la poca o casi nula atención que podía llegar a recibir de mi progenitora.

-Son las 9:23 -anunció Cath mirando su móvil -Mis padres me matarán si saben que me fuí sola de noche. A PIE -añadió mirándome.

-¿No has venido en tu coche?

-Ni de broma, no tuve tiempo para sacarlo del garaje. Era eso o arriesgarme a que me detuvieran antes de siquiera poder sacar una rueda de mi bebé fuera.

-¿De todos modos acaso creías que te dejaría marcharte sola?

-Por supuesto que no. Sabía que te ofrecerías a darme un aventón, solo quería comprobarlo -dijo moviendo las llaves de mi automóvil frente a mis narices.

-Vale, vámonos antes de que me arrepienta -exclame entrecerrando los ojos al momento que le quitaba las llaves de la mano.

Una vez sentadas en el coche recordé que había dejado mi móvil en mi habitación interrumpiendo la reproducción de la película para no perderme nada. Tenía dos opciones; iba por el móvil arriesgándome a romper el  toque de queda de Cath que comenzaba a las 22:00 hrs o me lanzaba sin él. Por el bien de mi amiga elegí la segunda opción.

VENDIDA AL DIABLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora