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Estaba durmiendo tan plácidamente hasta que escuché ruidos en mi living. Abrí mis ojos rápidamente y mire mi móvil; Eran las 7:34 de la tarde. El miedo comenzó a recorrer mi cuerpo. Normalmente cierro mi puerta principal con llave, la cuál sólo tengo yo.

Me incorporé lentamente, cogí mi móvil y desconecté mi lámpara para tener algo con que defenderme. Caminé hasta la puerta de mi dormitorio y pegué la oreja en esta, para lograr escuchar con mas claridad.

- No hagas ruido coño. Tiene que estar por aquí - Murmullos se comenzaron a escuchar del otro lado de la cocina ¿Que cojones?.

- Vale, lo siento - Se disculpó un segundo individuo.

Mi corazón comenzó a acelerarse y un escalofrió recorrió mi cuerpo de arriba a abajo. ¿Eran dos?.

- Tu asómate en el baño - Una tercer persona se sumo a la conversación.

¿TRES?.

Rápidamente saqué mi móvil y le mandé mensajes a Gustabo.

Gustabo. Tengo tres tíos en mi casa que me están buscando.

Ven rápido coño. Trae a alguien. Estoy entrando en pánico.

Guarde mi móvil en mi bolsillo trasero y me quedé en la misma posición con mi lámpara levantada, esperando a que alguien se asome.

Lo más seguro era que llevaban armas, y una simple lámpara no me iba a salvar de tres tipos. Pero al menos me hacía sentir más segura.

- Aquí no hay nadie jefe.

- ¿Te has fijado en la habitación? - Sentía cómo mi corazón estaba a punto de escaparse de mi pecho. En cualquier momento me da un paro cardíaco.

Mi móvil comenzó a sonar en tono de llamada. Deje caer la lámpara de mis manos, debido al susto. Los vidrios de ésta terminaron por esparcirse a mi alrededor. Comencé a insultar y temblar.

Saqué mi móvil y el nombre de Gustabo apareció en la pantalla. Comencé a arrepentirme de haberle avisado.

La puerta se abrió bruscamente y un hombre alto se asomó. Segundos bastaron para que sienta un golpe en mi cabeza.

Mis ojos comenzaban a cerrarse y perdía el control de mi cuerpo. Caí al suelo arriba de los pequeños vidrios partidos.

Unos minutos después.

- Jefe, ¿No le ha pegado muy fuerte? A mi me suena a que no despierta.

- Calla subnormal. ¿Te crees que si hubiera querido que no despertara, la hubiera atado?.

Comencé a removerme en mi asiento. Mi cabeza dolía, mis piernas ardían y no sentía mis manos. Abrí mis ojos lentamente. La luz penetro violentamente mis ojos y un quejido se me escapó.

- Vaya, despertó. 

Un hombre con un pasamontañas se asomó en mi vista.

- ¿Quiénes sois? - Pregunté con un tono débil debido al dolor que sentía en mi cabeza.

- ¿De verdad crees que te vamos a decir nuestros nombres? - Se inclinó hasta quedar a mi altura.

- ¿Que queréis? - Mi cuerpo se balanceaba sin mi consentimiento por al peso que mi cabeza me provocaba, me era difícil lograr algún contacto visual.

- Información - Se reincorporó y de su espalda sacó un arma, la cuál identifiqué con sólo ver el brillo que poseía - Tu hermano me debe un par de cositas.

- No tengo contacto con mi hermano hace dos meses - Susurré para luego bajar mi mirada. Mi cabello se deslizó lentamente cubriendo todo mi alrededor, dejándome ciega a cualquier acción proveniente de ellos.

- Escucha cariño - En un movimiento rápido cogió mi mandíbula obligando a que lo mire. Su agarre tenia tanta fuerza que provocó que algunas lagrimas se me escaparan - ¿Dónde está tu puto hermano?.

- No lo sé joder - Mi voz comenzaba a quebrarse y no pude evitar comenzar a llorar.

- Oh pobrecita. Mírala cómo llora - Soltó mi mandíbula con brusquedad - Si no lo sabes, tendrás que volver a dormir, así tal vez recuerdes algo. ¿Eh muñeca?.

Se alejó lentamente y su brazo recayó con fuerza sobre mi cabeza.

Lentamente comenzaba a perder fuerza en mis parpados, cerrándolos de a poco hasta quedar inconsciente otra vez.

(...)

- DELIA DESPIERTA COÑO, DELIA -  Comencé a sentir como alguien sostenía mi cabeza.

- PERO SUÉLTALA ANORMAL.

- EL EMS ESTA EN CAMINO, DEJA DE MOVERLA. - Un sollozo se escuchó seguido de un golpe en el suelo - Joder Horacio, no te desmayes ahora.

Abrí mis ojos y en mi vista, un poco borrosa, se asomó un bigote blanco, el cuál claramente era de Gustabo.

- ¿DELIA? DELIA COÑO, ¿HOLA? ¿ME ESCUCHAS? ¿ME VES? ¿ME SIENTES? - Comenzó a agitar mis hombros con desesperación. Fruncí mi ceño por el dolor en mi cabeza que eso me causaba.

Sentía que mis fuerzas eran nulas. Tanto que no me permitía emitir palabra alguna. Cerré mis ojos con la intención de hacerle caso omiso a todo el dolor que estaba sintiendo. Mi cabeza ardía, al igual que mis piernas y brazos.

- CONWAY QUE SE HA VUELTO A DESMAYAR.

- APARTA IMBÉCIL - Sentí que mi cabeza rebotó contra el frió suelo de mi departamento. Gustabo me había soltado - PERO DESPACIO SUBNORMAL. VE A ATENDER A HORACIO. JODER. 

Unos brazo me cogieron con cuidado, alejándome del piso con delicadeza, para luego recostarme en lo que parecía ser mi sofá.

- Vale. Llama a Volkov y dile que venga urgente. Yo me quedaré aquí. Necesito parar la hemorragia cuánto sea posible.

- Conway que no se muera por favor - Sollozo Gustabo.

- Si mueves las putas nalgas PEDAZO DE ANORMAL, NO LE PASARÁ NADA. MUÉVETE COÑO.

Muñeca de Conway.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora