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— ¿Será la apuesta de siempre? —Abrió la puerta dejando ver a una risueña castaña que entraba sin invitación a su alcoba.
— ¿Por fin te pondrás seria, cara de ángel? —Cerró con llave antes de encaminarse a su cama donde la jovencita ya se encontraba sentada.
— ¡Hoy por fin te venceré Bakugou!
La mirada achocolatada tenía determinación mientras que la rubí delataba el exceso de confianza que el chico de las explosiones caracterizaba.
Pasados unos minutos el sudor comenzó a correr por las frentes de ambos adolescentes. Katsuki se movía de adelante hacia atrás apretando sus dientes con fuerza concentrado en sus movimientos mientras que Ochako gruñía de forma mas suave que el rubio aumentando el agarre de sus manos.
— Ya... ya casi... —La chica gravedad jadeo cansada antes de cerrar los ojos con una sonrisa— ¡Te gané!
— ¿¡Pero que mierda!? —Gruño furioso antes de lanzar el control del Play Station con fuerza contra el piso— ¡Hiciste trampa, maldita cara redonda! ¡Con un carajo!
— ¿Qué pasa, "Rey Explosión"? —Lo miro reojo con burla— ¿Le molesta perder una pelea en n videojuego? ¿Eh, toque tu ego?
Katsuki gruñó de nueva cuenta. —¡Eso no fue una pelea! ¡Fue un combate amistoso para saber que estabas atenta y al menos sabías jugar esta mierda, maldita sea! ¡Deja de alardear de un juego de prueba!
—¿¡Ah!? ¡Eso si es trampa, Bakugou! ¡Gané limpiamente, admítelo!
— ¡ Agarra tu puto control y ahora si jugaremos en serio!
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