Precipicio

Capítulo 3

"La observación y las percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es el mas fuerte, el ojos que percibe es más débil."

~Observación~

Sakura se movió ágilmente cuando un kunai cortando el aire donde su garganta había estado solo una fracción de segundo antes, sintió la tensión en el aire se espesaba. Porque no le dio un momento para pensar, solo reaccionó cuando el hombre a su izquierda se abalanzó sobre ella. Se agachó debajo de su brazo y dio dos pasos hacía atrás cuando Moegi tomó su frente con un movimiento rápido de la Naginata corto al hombre en el pecho y sangro, un gemido bajo y dolorido sonó en su garganta cuando soltó el arma.

Sakura noto a los demás peleando con varios hombre, tuvo que retroceder cuando Moegi salto hacía atrás. Ella giró para patear, pero él la tomó sobre los tobillos y la lanzó, Moegi aterrizó sin ruido y giro la Naginata sobre su eje y la enterró en la espalda del hombre.

"Ojou-sam..." Moegi giro a tiempo para ver un gran puño venir a su dirección.

Sakura observó la pelea que tenía enfrente, siempre lo supo que cuando los samurai's renegados que nunca la aceptaron, planeando un golpe de estado, los que había escapada todavía querían su cabeza colgada en un lanza, sabía que debió de acabar con ellos hace tiempo pero pensó que podían cambiar y ahora la vida de las personas que prometió proteger estaban en peligro sin mencionar la otra amenaza más grande que está. Cuando el aire zumbo justo a sus lados, giró a tiempo para que la Katana no diera en su cabeza. Sintió el cabello moverse con él viento, y el sol se estaba ocultando. El hombre ahora conocido sacó una Kaiken mientras intentaba asestar un golpe mortal, pero ella bloqueó y esquivó golpe tras golpe. La Kaiken rozó su brazo, giró sobre sus talones y se agacho cuando vio la Wakizashi en su otra mano, bloqueo la pequeña espada con un kunai olvidado del suelo. Ella giró y golpe haciendo que él se arrodillara en el suelo ante ella y estaba a punto de hundir el arma en la parte posterior de su cráneo cuando de repente la agarraron por detrás y la arrojaron hacia atrás.

Su espalda chocó con el árbol al otro lado, pero Sakura se recuperó rápidamente y levantó la vista justo cuando el mismo hombre se acercó a ella, con la Katana en lo alto, listo para cortar. Un guerrero jamás teme a la muerte, ella jamás temió por ella, por eso su sonrisa creció, realmente Sakura se estaba aburriendo, pero él hombre paró en su movimiento para ver cómo la sangre salía de cuello, y cuando la cabeza cayó del cuerpo se encontró con Chiyomatsu atrás de él.

Se acercó a ella, y se agachó sobre una rodilla e inclinó la cabeza hacia ella, sabia que eran disculpas silenciosas, la pelea había tomado más tiempo de lo necesario, se había dado cuenta que incluso tuvieron el descaro de contratar Shinobis para la pelea, Chiyomatsu estaba sangrando del brazo y tenía un fea cortada en el muslo, Shiro se tambaleaba en sus propios pasos, el corte de su costado era profundo y sangraba, Moegi tenía cortes y solo uno más grave en su costilla y Nagi era la que más le preocupaba estaba recargada en un árbol con la respiración agitada y saliendo del sueño a la conciencia.

Noroi los había encontrado cuando llegaron a la entrada del bosque a unas millas de Tetsu no kuni, fueron rápido para ver a la gente que viajaría con ellos, contaba a lo mucho catorce adultos, tres adultos mayores y tres niños, en total eran veinte personas, sin mencionar al recién nacido que estaba envuelto en mantas y en brazos de su madre.

Noroi era alto, al menos dos cabezas más alto que ella, que Sakura siempre se reía cuando estaba a su lado, apenas le rozaba la mandíbula, su cabello recortado de color rojo, ojos tan rojos le recordaba los atardeceres, era un guerrero fuerte con un chakra tan diferente a los Samurai, pero igual, Sakura nunca preguntó por su pasado, ni de donde provenía, ella le abrió la puerta al niño de trece años cuando llegó junto a su hermana, se había encariñado tanto con el, que ella personal instruyo al niño en la lectura y el las virtudes del bushido, incluso le regaló su primera Katana, a su hermana la hizo una mujer de temer, y curó su enfermedad pulmonar que tenía desde nacimiento, y ahora verlos cansados y con heridas, le preocupaba.