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—¿¡Sabes de quien se podría tratar!?—pregunto el heleno con algo de esperanza en su mirada—

—Como voy a saber!? Te la dieron a ti no a mi!—contesto Aioria mientras entraban al salón—Mira! Ya tienes otra!

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Día tres! Yujuu!

Milo, que bonito nombre tienes ¿lo sabias?

PD: No me intentes buscar en tu salón, esta hora no estamos juntos

Atte: Alguien...

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Este solo pudo sonreír por el atrevimiento; pensó el, de su admirador secreto, esas dos simples palabras juntas lo emocionaron como nunca.

Cartas para MiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora