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La noche de aquel Jueves era tan tranquila,, pero para esos dos era tan mágica,, tan irreal,, tan para ellos dos y nada más. Ambos sentados en aquel prado verde,, admirando las estrellas,, tomados de las manos,, como los auténticos enamorados que eran.
Mientras que el rubio seguía mirando las estrellas,, su pareja bajo la vista para pisarla en el contrario,, admirando ese atractivo chico que tanto amaba.
— ¿puedo decirte algo,, Sandro?— pregunta a su novio,, haciendo que esté voltease verle.
— puedes decirme lo que sea cariño— susurra uniendo levemente sus labios con el otro,, haciendolo sonreír.
— tu sonrisa es la más bella que haya visto en mi vida,, la más sincera y honesta . . .— responde mientras un pequeño sonrojo se posa en sus mejillas
— ¿Puedo decirte algo tambien?— pregunta Sandro,, obteniendo un asentimiento para seguir. —esa sonrisa solo existe contigo . . . —
El pelinegro sonríe mientras el rubio lo abraza fuertemente.
— te amo Sandro . . .—
— yo te amo aún más,, Maison—
“En ocasiones,, recordamos cosas que en su momento fueron lo más hermoso y especial que nos haya pasado. Que lástima que no todo dura como uno quisiese. Que lástima sufrir en silencio por un simple recuerdo,, por un simple contigo”.
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