Capítulo XXV

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El tiempo había transcurrido, todo había cesado; la marea ahora era baja y todo seguía su curso con fluidez y naturalidad, jamás habían sentido aquella paz y calma en sus vidas. 

«¿Eso era la calma?»

Ambos se preguntaban aquello, un sentimiento que habían desconocido y como dos curiosos ahora habían descubierto y conquistado, ahora todo era tan… tan distinto. ¿Cuánto tiempo pasó? 

«Un año y medio ...»

Ambos sabían a la perfección que en un año y poco más no podrían curar más de veinte años de dolor y traumas pero, era un gran comienzo; ahora habían comprendido tantas cosas, se habían dado cuenta de muchos sentimientos y con pasos lentos pero seguros comenzaron a avanzar… juntos. 

Era evidente lo que había entre ellos dos, era obvio que allí había más que amistad, sin embargo, Jackson no quería cometer el mismo error y por esa razón, durante ese tiempo estuvieron yendo a terapia de manera continua y sin excepciones; era algo que necesitaban y ahora veían los pequeños frutos de su esfuerzo. 

Después de mucho tiempo, decidieron que sí, querían estar juntos, estar a lado el uno del otro ahora que eran mucho más estables mentalmente y sabían a dónde querían ir en ese largo camino llamado vida. 

Aún habían cosas las cuales los molestaban de cierta forma; pensamientos intrusivos, bajones y alguna inseguridad pequeña que solo llegaba a sus mentes pero, aquello era completamente normal y siempre se reponían de todo eso con ayuda de sus psicólogos. 

Comenzaron a salir en citas como las parejas "normales", ahora sus vidas eran más tranquilas y se sentían tan felices con ello. Cualquier sentimiento, cosa normal o casual para una persona común, era algo nuevo para ellos que había estado reprimiendo sus sentimientos al puntos de causarse todo ese daño. 

—«Déjalo ir...»— Palabras que antaño no les servían de nada pero qué ahora entendían más allá de lo que eran. 

Jackson se levantaba por las mañanas justo como deseaba: descansado, feliz y con la única preocupación de que debía ir a clases pero además de eso; despertaba con la bella vista de quién ahora podía ofrecerle todo sin fallarle un solo momento, despertaba con quién hacía su corazón palpitar en demasía cada vez que sonreía, con cada palabra e incluso con cada susurro. 

Y en algún punto sintieron que eran almas gemelas; habían pasado por tanto y sentido demasiadas cosas por el otro que se dieron cuenta que "nacieron para estar juntos" sin embargo estaban conscientes que un alma gemela es tu complemento, no tu parte faltante.

Nunca más volvieron a saber nada de Jaebeom ¿Por qué? La verdad es que eso no les interesaba ni un poco, sólo estaban felices porque ahora ya no estaba en sus vidas. Pusieron la denuncia correspondiente pero la policía jamás pudo encontrarlo, algunos dijeron que seguramente se había ido a Daegu pero tampoco lo encontraron allí; fue como si la tierra se lo hubiese tragado y a decir verdad, formularon la teoría de que lo habían ejecutado pero no se les había informado de algún cuerpo descubierto o algo por el estilo pero bien, lo importante era que ya no estaba allí acosándolos de día y noche. 

Youngjae ahora comprendía muchos de los sentimientos que escondió y por qué hacía lo que hacía, había aprendido a soltar eso y dejarse hacer cada día, con tropiezos, sí, pero así mismo aprendiendo en el proceso el cual sería así siempre pues, nadie era perfecto y todos seguían aprendiendo día con día. 

—Mírame...— Dijo el mayor mientras con la yema de sus dedos delineaba la cintura de su contrario, con tanta suavidad que incluso parecía tener miedo de agrietar su piel con un solo toque; como la porcelana más fina y frágil que haya sentido alguna vez.  

Cry For Help [ JackJae ] [ Got7 ] [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora