Capítulo II.

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Solo habían pasado diez minutos desde que se fue de la casa que compartía con Jackson para encontrarse con su "Sugar daddy".

A Youngjae no le interesaba mucho el dinero a decir verdad, lo que le gustaba era la adrenalina de salir con alguien que casi te dobla la edad; le encantaba sentir la sensación de ser "querido" pero a la vez dominado.

«¿Cómo terminé aquí?» Se cuestionaba cada que salía para verse con él, era una pregunta que constantemente se hacía pero siempre se respondía con lo mismo claro, apps.

Cada vez que salen a cenar pre sexo, Youngjae nunca le ponía atención, solo se la pasaba recordando lo que había hecho para llegar a ese punto, como si de una lista de víveres se tratara.

1-. Primero, descargue un par de apps solo por aburrimiento.
2-.Encontrar a bastardos ricos es realmente fácil, saber si son como las fotos ya es otra historia.
3-.Seguir sus perversas órdenes bajo grandes cantidades de dinero, pan comido.
4-.Salir con el la primera vez, iugh, podrá tener un gran falo, pero ni siquiera me trata del todo bien; parezco más bien su accesorio que su acompañante.
5-.Aceptar de vez en cuando salidas, no es tan malo, gracias a él, el dinero no me falta.

-¿Te gustó la cena de hoy?-
preguntó el hombre de 52 años frente a mí después de pedir la cuenta.

-¿Ah? Ah sí, estuvo muy rico como siempre.- conteste con una sonrisa "sincera" -¿Podemos ir a... Lo otro? Es que hoy tengo que llegar temprano a casa.- mentí, solo quería deshacerme de él lo más rápido posible y pasar a lo divertido. Si bien ese bastardo es viejo sabe realmente cómo jugar previamente.

Llegamos al motel y me puse a divagar de nuevo mientras me desvestía y dejaba ver mi lencería de encaje. «De nuevo ¿Por qué empecé con estas perversidades? Todo es culpa de Jackson, si mi deseo por él no fuera tan fuerte no me la pasaría todas las noches masturbándome por él, pero ni siquiera me ha dado razones para pensar así.»

Pensando en todos sus pecados, divagando y gimiendo se quedó mientras el otro hacía con su cuerpo lo que quería, ya era un hábito no poner atención pero lo disfrutaba, el problema es que después del sexo no sabía que hacer. Se sentía bien pero no completo, sabía que le faltaba algo pero no estaba seguro de qué; dinero no le sobraba pero tampoco faltaba, sexo para nada, amor tal vez, pero ya tenía una experiencia desagradable respecto a las parejas y no estaba interesado en otro corazón roto.

Sí, el sexo lo llenaba de alguna extraña manera, pero solo era momentáneo, pasajero... Sabía cómo comportarse después de él, pero no sabia como sentirse o qué pensar. Después de cada ronda, cada beso o caricia se sentía de una manera vacío y sucio consigo mismo, no se sentía bien y definitivamente no sabía que hacer, pero son solo pensamientos sin importancia; seguramente luego se le pasaría como todos los días, por lo que después de 3 horas fuera decidió regresar, ésta vez no le apetecía pasar la noche en un lugar ajeno.

-En el lapso de ésta semana te enviaré un paquete especial, ya sabes qué hacer bebé.- Acarició su mejilla, odiaba realmente cuando hacía eso, pero no se podía quejar, no se tenía que quejar -En fin, lo de hoy maravilloso como siempre pero no te podré dejar en tu casa, también tengo que llegar temprano a mi casa. - y sin más rodeos o explicaciones, se fue.

Cinco minutos después Youngjae hizo lo mismo, después de pasar por su crisis existencial.
-«¿Me siento usado? No, esa no es la palabra correcta, me gusta hacer ésto pero ¿Por qué estoy así mentalmente después de cada salida? Reacciona Choi Youngjae.»- Se regañó mentalmente.

-«El camino a casa es largo, mierda, ¿Por qué siempre elige el motel que está más lejos?
Pero, ¿Por qué sigo con él? Siempre que salimos termino pasandolo mal, él me trata como si yo fuera una especie de muñeco coleccionable, ni siquiera es amable a la hora del sexo, pero lo hace medianamente bien, aún así ¿Por qué sigo conformándome con su trato un tanto cruel? Supongo que... todo es gracias a Jaebeom ¿no?...»

Las preguntas que se hacia a si mismo se escuchaban un tanto tristes, no, más bien las preguntas eran tristes.

Él mismo sabía que había muchos "¿porqué?" en su vida, mierda, solo con repasar todo lo que pensó desde que salió de casa había empezado con las preguntas.
Pero... mientras más daba vueltas a sus interrogantes, todo le llevaba a aquella misma respuesta: La soledad.

Desde muy pequeño desarrolló un miedo a, por una u otra razón, quedarse en el abandono, cada que se quedaba solo tenía una pesadilla o empezaba a sudar frío y eso le sigue pasando hasta la fecha; por eso aceptó a Jackson en su casa sin alquiler, obviamente el otro se negó a no darle dinero, por lo que su acuerdo era nada más que le ayudara con los gastos de la casa. Pero ¿realmente se sentía acompañado? Desde que empezaron sus "problemas nocturnos" realmente se sentía mal de alguna manera pero no lo aceptaba, aceptarlo significaría retomar las terapias y eso sería admitir que sigue teniendo un problema, que realmente jamás lo resolvió y por lo tanto, nunca sanó y el definitivamente no lo iba a reconocer; menos cuando se sentía de lo peor consigo mismo, cuando sabia que no podía contarle a nadie por una razón que ni siquiera el se preocupaba en buscar.

No se sentía cómodo hablando con sus amigos sobre él mismo, sentía que no era lo suficientemente importante como para que alguien se preocupe por problemas "menores" como el mismo los catalogaba pero, a la vez le daba miedo tener que pasar por lo mismo otra vez y lo peor de todo, que tendría que cruzarlo completamente solo.

-Solo déjate de tonterías Youngjae, estás bien, solo son bajones.- se "consolaba" a si mismo de una manera un tanto incorrecta que prefería ignorar, bien dicen "la ignorancia gana".

Pero si no quería recaer en su propio agujero oscuro que había creado para si mismo, sabía que tenía que dejar esas prácticas "insanas" como le contó Seung que le decía su esposa cuando lo descubrió engañandola, y justamente eso haría, después de que Seung le deposite lo de la cena de ese día lo iba a terminar definitivamente; a fin de cuentas, ni siquiera sabía donde vivía, con quién y mucho menos sabía su nombre real, podría estar metido en bastantes problemas con su salud mental, pero no era un idiota como para dar todos sus datos.

Al fin había llegado a casa después de hacerse mil y un preguntas en el trayecto. Como siempre cuando volvía de sus salidas, la casa estaba en completo silencio, con solo la luz de la cocina prendida y apenas el ruido de la calle que se colaba por las ventanas.

Un día más...

Cry For Help [ JackJae ] [ Got7 ] [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora