Lincoln se enlista en el ejército

Parte I (1) (1 de 15)

*Nota del autor: Antes que nada quiero aclarar que, de todas las parodias y adaptaciones que he escrito, esta es una de las que menos se deben tomar en serio, lo cual ya es mucho decir viniendo de un autor tan trollero como yo : P

Lo que van a leer a continuación es algo que tenía guardado en mis reservas y por poco se me olvida que existía. Aun así decidí rescatarlo y pulirlo tanto como pude para poder publicarlo.

Seguro los más perspicaces ya habrán adivinado en que me basé para escribir esta divertida saga que vendrá en entregas de apenas poco menos 3000 palabras cada una. La pista más evidente está en el titulo.

Sea como sea, de todo corazón espero que la disfruten tanto como yo al escribirla y con ella puedan pasar el rato ; )

***

Parte I

–Bueno, mi familia ya no cree que soy de mala suerte –dijo Lincoln dirigiéndose al espectador–. De hecho, ahora cree lo contrario.

–¡Oye, Lincoln! –le reclamó Lola desde lejos–, ponte la cabeza de nuevo antes de que nos pique una medusa.

–Pero, por desgracia –aclaró para su pesar–, sólo con el traje de ardilla puesto.

Si, seguimos justo donde nos quedamos al final del polémico episodio de la mala suerte, con Lincoln Loud apresado en una sofocante botarga de ardilla durante un caluroso día de playa. Sin duda la peor cosa que le pudo suceder a nuestro protagonista de blancos cabellos.

Sencillamente no podía creer que su familia lo tratara así, como a un apestado, cuando lo único que quiso fue tener un poco de tiempo para sí mismo. ¡¿Es que acaso era mucho pedir?! Si, sabía que había hecho mal en aprovecharse de la situación para su beneficio, pero al final se había disculpado con todos y confesado su error; y aun así sus padres y hermanas lo siguieron marginando cual perro sarnoso. ¡¿Acaso eso era lo que uno debía esperar al formar parte de una gran familia, después de todas las veces que estuvo ahí para apoyarlos y brindarles su cariño incondicional?! Aparentemente si.

Pero Lincoln decidió que ya había tenido suficiente. Si de casualidad se trataba de una broma, era una de muy mal gusto y no se los perdonaría así nada más. Aquello había sido la gota que desbordó el vaso e inmediatamente tomaría cartas en el asunto. Convenientemente, siendo el hombre del plan, de antemano ya tenía preparado algo para un caso semejante, un plan infalible... Al que de hecho nunca esperó tener que recurrir.

–Oigan, chicas, esto es feo –comentó Leni, justo después de ver a su hermano ponerse la cabeza de la botarga acatando la orden de Lola–. Ya no quiero seguir haciéndolo.

–Él se lo buscó por mentirnos diciendo que daba mala suerte –objetó la deportista castaña.

–Si –secundó la gemela del traje de baño rosado–, así aprenderá que como familia debemos apoyarnos unos a otros.

–Pues yo creo que si aprendió su lección –señaló Lucy–. Digo que ya paremos con esto.

–Si –la apoyó Luan–, esto ya no es nada gracioso.

–Nha, hagámoslo usar el traje una semana más –sugirió Lynn–, así nos aseguraremos de que haya aprendido bien.

–No, ya fue suficiente –negó Lori–. Literalmente, estamos a más de treinta grados y a este paso se va a deshidratar ahí adentro. Como la mayor, declaro que todo esto lo vale y lo cancelo.

–Bien dicho, amiga –asintió Luna–. Vamos a decirle que ya puede quitarse el traje y venir con nosotros.

–Oigan... –habló Lana, quien repentinamente se puso a buscar por sus alrededores–. ¿Dónde esta Lincoln?