Sudando miel y lamiendo clavículas.
No podía estar hablando en serio, no, definitivamente no, por más que su lobo aullara y ansioso que estuviese, tomar a ese perro no sería más que una vergüenza. Ese perro en celo es una completa miseria pero ese jodido aroma le hacía perder la cabeza, dió un paso hacia él y uno más, se veía tan indefenso y fácil de romper, ¿Cómo se vería su rostro si lo devora?, Las pupilas del alfa se alargaban queriendo cazar al omega, ya era su presa, cedió a sus instintos y cuando quiso agarrarlo para sí, alguien lo detuvo.
Roland sujetaba a Kaiba quien desesperadamente intentaba soltarse sin despegar su mirada llena de lujuria, por otro lado Joey es auxiliado por Mokuba que trataba de minimizar el olor del celo mezclando su propio aroma a moras.
Después de la ayuda de los empleados y de algunos supresores, ambos estaban separados de si mismos. Kaiba de encuentra en su habitación pensando que diablos fue lo que le hizo perder el control, es decir, Joey habló de un vínculo que lo hacía propenso a reaccionar con su celo de omega, pero ese lazo era muy débil, no es lógico, a menos que sean destinados o algún estimulante, pero que ridiculez, el castaño estaba dispuesto a irse a dormir después de que le dió las buenas noches y un gracias a su hermano menor, su pijama le haría estar cómodo y dormiría un poco, cerró los ojos en su suave cama y ... Nada, no podía dormir, se quedó con la idea de comer ese dulce omega pero ahora no está aquí en bandeja de plata, los pensamientos eróticos invadían la mente de Kaiba, ¿Cómo sería el sexo con él?, A lenguas se nota que no tiene mucha experiencia aunque tampoco Kaiba es un experto, se lo imaginaba abajo de él, completamente desnudo, desde su alma hasta su delgado cuerpo con una expresión de éxtasis, ojos brillantes de deseo y que gimiera su nombre. Poco a poco, la mano del castaño llegaba a su parte baja, tan solo su imaginación bastaba para un buen momento, pasaba por debajo de la fina ropa tocándose con firmeza, arriba y abajo, sintiendo un hormigueo muy placentero, aumentado la velocidad y cada vez más quería a ese omega bajo su merced, susurrando el nombre, terminó, pero necesitaba más, tomó lo que contenía su cajón y de nuevo sus pupilas junto con su lobo interno ponían caza.
Salió de la prisión de su habitación, ya es la madrugada nadie podrá detenerlo esta vez, a pasó veloz y ágil buscaba a tan bello omega con solo la luz de la luna filtrándose por las ventanas, los largos pasillos son fríos y con un aire de desesperación que irritaban al alfa, sus colmillos ya se asomaban, cualquiera que se acercará a ese alfa sediento podría terminar con sangre derramada, su respiración irregular se concentró en rastrear el aroma, su olfato lo guiaba pasando por algunas habitaciones.
— Wheeler... Cachorro...– inconscientemente lo llamaba, le estaba costando un poco encontrarlo.
Joey estaba en su cama, desnudo y un poco impaciente, el calor que siente le quema desde dentro y hasta la más mínima rozada la sentía tan exitante, tan húmedo y dilatado, se satisfacía a si mismo recordando el aroma a chocolate, el perfume natural de Kaiba, cerraba los ojos en busca de más placer y cada vez que pensaba en el alfa más se concentraba el empalagoso olor, sus dedos se sentían tan bien en su interior, su otra mano estaba ocupada acariciando sus pezones erectos.
— Kaiba... Kaiba... ¡Kaiba-ahh!
Se vino, daba bocanadas de aire tratando de tranquilizarse, ¿Qué estaba haciendo?, Es lamentable, alguien como el no debería masturbarse pensando en una persona hipócrita, pero lo deseaba tanto, por primera vez tenía estas sensaciones tan fuertes de querer el calor de un alfa, durante sus celos solo se encerraba y mordía las sábanas como respuesta de su exitación, esperando que su celo pase, nunca fue así de intenso y eso le asustaba, más aún que podía sentir una presencia, su olfato no le engañaba... Chocolate, como... Kaiba.
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Por dos pequeños nos unimos.
Fanfic(omegaverse) Una pequeña niña y su hermano mayor igualmente pequeño, dicen ser hijos del famoso CEO Kaiba y el chico normal Joey. ¿De dónde llegaron?, ¿Quiénes son?, ¿Una familia? Hay tantas preguntas y solo amor para contestar.