Capitulo IV: Moonlight

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Podía escuchar los latidos acelerados de mi corazón en mis oídos, mi respiración comenzó a agitarse y sentía que me faltaba el aire. Pero me di vuelta decidida y cerré con seguro la ventana, esto estaba comenzando a afectar mi salud mental.

¿Acaso me estoy volviendo paranoica? ¿Por qué siempre siento a alguien cerca de mí, incluso si no puedo verlo?

Mi cuerpo comenzó a temblar, comencé a vacilar entre si debía ir a la cena con Emily o no.

No puedo faltar a la cena, Emily se veía entusiasmada. Pensé.

Pero... ¿Y si este acosador o acosadora me sigue hasta allí? No quiero arruinarte la noche Emily, pero ¿Qué hago?

Incluso si estaba sumergida en mis pensamientos sin hacer caso a lo demás que ocurría a mí alrededor pude alcanzar a oír la cadena del baño y el chirrido de la puerta abriéndose, Emily se dirigía a la habitación. Rápidamente me acerque al escritorio de la habitación y arroje la nota a la papelera, me acerque al enorme espejo acomodando mi cabello y viendo mi expresión de pánico a través de este; intente cambiar de expresión varias veces para parecer normal hasta que al fin Emily entro a la habitación.

- Wooh, por fin. Creo que no volveré a tomar 4 sodas consecutivas...jajaja en serio casi me orino encima.

- Pues sí que te tomaste tu tiempo allí, ¿Por qué tardaste tanto?

- Lo que paso es que cuando me estaba por lavar las manos se cayó el estante de las cremas. Bueno no se cayó más bien un tornillo se aflojo y se salio de un solo lado...y bueno tuve que acomodar todo, aunque ese no fue un reto; el verdadero reto fue encontrar ese maldito tornillo.

- ¿Lo encontraste al final?

- Si, ese maldito estaba justo detrás del retrete. ¿Ann estas bien? Te ves pálida, más de lo habitual...

Cuando Emily me pregunto eso, sentí como se erizaba mi piel poco a poco.

- ¿yo? Yo estoy bien, solo estoy un poco nerviosa...nunca Salí a comer con mis padres afuera de casa.

Al principio había titubeado pero me compuse, Emily parecía no haber creído el comienzo de mi escusa pero luego mostró lo contrario.

Se acercó a mí y me tomo de los hombros mientras veíamos nuestros reflejos a través del espejo.

- Vamos Ann, no te preocupes por eso. Solo vamos a cenar todos juntos como de costumbre, la única cosa diferente es que va a ser afuera de casa.

- Pero tu padre dijo que iríamos a un restaurante, yo jamás fui a uno y no sé cómo comportarme allí. No quiero hacer el ridículo y menos si es en público.

Emily me abrazo por la espalda sonriendo.

- No te preocupes, yo te diré como hacerlo. Te diré todo lo que aprendí al comer en restaurantes, sobretodo lo de los cubiertos ¿ok?

Me limite a sonreír despreocupada. Minutos después Emily se estaba poniendo los zapatos cuando de pronto su padre dio dos golpes antes de abrir la puerta de la habitación.

- Niñas ¿ya están listas?

- Ya casi papá, solo me falta ponerme los zapatos.

- Yo ya estoy lista Sr Cullen -respondí.

Emily y su padre se echaron a reír, no comprendía el por qué por lo que solo me limite a mirarlos confundida y hasta avergonzada de haber dicho algo mal o fuera de lugar.

Alguien está  al acechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora