Un día va, la semana empieza mal.
Otro más, tal vez algo ande mal.
Siguiente mañana, en los ojos tengo pocas lagañas.
Cuatro días ya, hablo solo en el solitario chat.
Quinto desayuno, no sabe tan dulce ya.
Que más da azúcar tener, sino se le puede poner una cucharadita más al té.
Ahora las mañanas son insípidas y las noches de lluvia.
Los celos y la ansiedad no son una buena mezcla.
El la espero noche tras noche esperando algún alago o siquiera un regaño, pero lo único que recibió fue una espera interminable.
¿Cuando paso? ¿Cuando todo se puso de cabeza? El no lograba comprender, por supuesto que no.
Cómo ha de comprender aquel muchacho que todo lo que hacía era en vano.
Pasaron los horas, yo te espere, pero parece que otros planes pasaron por tu mente. Ahora estoy aquí, escribiendo en la madrugada, esperando algo que se que no pasará, a alguien que se que no vendrá.

Alguien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora