Dios, tengo tantas ganas de hablarte...
¿Por qué lo haces tan difícil?
¿Tan difícil es dejar de ignorarme?
¿Que tan malo es querer tener una conversación fluida con una persona especial para ti?
Quiero hablarte, preguntarte cómo has estado, elogiar tu lindo y nuevo corte de pelo, volverte a recordar lo hermosa que te ves y lo bello que es escuchar tu voz.
A veces me pregunto, que pasaría si te hablara: ¿Responderías al instante o tardarías minutos, o horas, o días? Sinceramente, no tengo la menor idea.
Que difícil es escribirle un mensaje con todo lo que sientes en ese preciso instante a una persona, solo para guardartelo a ti mismo, sin que aquella persona siquiera sepa que alguna vez tuviste esa intención.
¿En verdad sería tan malo que volviéramos a hablar? Estoy comenzando a sentir un poco de ansiedad al tener este poder para hablarte tan cerca pero a la vez tan lejos de mi. Tal vez no deba hablarte, tal vez estés ocupada como para contestar los mensajes de alguien como yo; o tal vez responderas y podremos hablar por horas hasta quedarnos dormidos por el cansancio del horrible día que tuvimos; pensarlo esas dos posibilidades, imaginarlolas y sentirlas se empiezan a sentir como un verdadero dolor de cabeza; quizás solo deba.. descansar está noche, si, haré eso, y lo pensaré mejor mañana al despertar.
