💕;; Consolar

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(...)

- ¡MALDITA SEA!

Caulifla lanzó su mochila al suelo con frustración, tanto estudio, tantas horas que pudo haber aprovechado en otra cosa... Fueron totalmente en vano, había reprobado el examen de admisión a ése maldito conservatorio al que su hermano la obligó a ir, al menos así dejaría de insistirle en estudiar música.

Debía admitirlo, en su infancia amaba tocar el piano pero ahora lo que menos quería era ver una maldita partitura o ése estúpido instrumento de teclas blancas y negras otra vez.

- Detesto estar así, seguro Rensou pensará que soy una maldita decepción.

La joven escondió su cabeza detrás de sus rodillas y comenzó a sollozar y lamentarse. Unos golpes en la puerta de su habitación la hicieron sobresaltar.

- ¿Hermana?

- ¿Qué?

Respondió Caulifla con la voz completamente quebrada.

- Kyabe está abajo, vino a verte.

Ella levantó la mirada y la dirigió hacia la morena peinada de coleta, asintiendo con la cabeza.

- Di-dile que suba.

La joven de vestido rojo vino sonrió algo apagada y bajó rápidamente las escaleras.

- ¿Cómo está?

Preguntó el chico de complexión delgada cuyo cabello estaba desordenado debido a que la lluvia lo había humedecido.

- Te voy a ser sincera, nunca... Nunca la había visto tan mal por algo así, pero será mejor que subas y lo veas por ti mismo.

Kyabe se dirigió a la planta alta dónde yacía la habitación de su mejor amiga, ahí pudo verla, triste, decepcionada de ella misma, era una escena bastante deprimente.

- Cauli.

- Fallé Kyabe, fallé mi examen de admisión al conservatorio, cuándo Rensou se entere estaré en grandes problemas... ¡Estudié dos meses para ése maldito examen y fallé! ¿¡Qué voy a hacer ahora!?

- Caulifla no-

- Soy un fracaso.

La chica rompió en llanto nuevamente, al joven de flequillo eso le rompía el corazón, Kale estaba en lo cierto, ella nunca había estado así antes y menos por haber fallado un examen.

- Caulifla yo- yo no sé mucho de esas cosas y no soy la persona más indicada para darte un consejo, pero yo sé que la música no es algo que te realmente te apasione incluso si tienes talento para ello, no debes dejarte hundir por algo así. Rensou tiene que darse cuenta de que eso no es a lo que tú quieres dedicarte, te he visto practicar artes marciales y he visto la emoción con la que lo haces, lo pude notar en tu entusiasmo aquel día; vamos, no debes desanimarte por haber fallado, el mundo no se va a acabar, ve esto cómo una nueva oportunidad.

El chico sintió sus mejillas calientes al dedicarle aquel discurso a su amiga, ella dejó de llorar y ambos quedaron en completo silencio.

- ¿Tú... Me viste ése día?

- S-sí, d-de todas formas el señor Vegeta es mi maestro...

- Ya veo.

Caulifla rodeó con sus brazos a su amigo, importándole poco que su ropa estuviese húmeda a causa de la lluvia, ambos se quedaron un buen rato así hasta que el de mayor altura salió del shock.

- ¡C-Caulifla!

- Aprecio que hayas venido a animarme, ya me siento mucho mejor, gracias.

- D-de nada.

Luego de separarse la joven tomó su teléfono y marcó el número de su hermano.

- ¿Qué vas a hacer?

Preguntó Kyabe aún nervioso.

- Decirle a Rensou que reprobé el examen, necesito aclarar las cosas con él. ¿Rensou? Sí, soy yo...

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