💕;; Ser sincero

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(...)

- Oigan, ustedes no tienen sentido de la vergüenza ¿Verdad? Estamos justo al lado de ustedes.

Vociferó Caulifla bastante incómoda y sonrojada al ver cómo sus amigos se comían entre ellos.

- Lo siento Cauli.

Dijo nerviosa una peliblanca de baja estatura, el peliflama solamente soltó una risilla nerviosa.

- Ugh cómo sea.

La chica miró hacia otro lado completamente asqueada y molesta, sin embargo, al ver detenidamente a su mejor amigo, que estaba sentado mirando a la nada sintió algo extraño, desde que llegaron a la casa de Tarble él había estado bastante raro; su mirada vacía y perdida, lo callado que estaba, básicamente parecía estar en otro mundo.

- ¿Kyabe?

Él se sobresaltó y volteó a ver a Caulifla completamente sorprendido, ella dibujó una media sonrisa en su rostro.

- ¿Ahora qué te pasa? Usualmente haces un escándalo por ver a tu mejor amigo comiéndose a besos con su novia ¿Ocurre algo malo?

- ¿Eh? No no, yo... Yo estoy bien.

Kyabe intentó sonar convincente, fallando miserablemente en ello, por lo que su amiga tomó una de sus suaves manos, él al instante se puso rojo.

- ¡Caulifla!

Exclamó, sintiendo cómo ella lo jalaba para que se levantara, al instante captó el mensaje y se enderezó.

- Vamos a otra parte para hablar ¿Ok?

- Uh... Sí.

Una vez ambos se quedaron solos la joven carraspeó para comenzar a hablar.

- Ahora sí, dime qué te pasa.

El joven desvió la mirada intentando calmar sus nervios.

- Bueno yo- yo quería inscribirme a un torneo de artes marciales que se celebrará en dos meses pero-

El joven hizo una pausa, realmente estaba muy nervioso.

- ¿Pero?

- Pero tengo miedo.

Soltó completamente tembloroso aquel chico de delgada complexión, Caulifla hizo una mueca.

- ¿Y por qué lo tendrías? Eres muy bueno, no veo porqué tener miedo.

Soltó Caulifla orgullosa de las habilidades de Kyabe, pero él agachó la cabeza.

- Lo que pasa es que muchos van a ir y la gente que compite en esos torneos se ve muy... Imponente. Todos con sus razgos toscos y cuerpos increíblemente desarrollados, yo apenas y parezco chico, todos me verán raro y seré la burla nacional ¡Eso es lo que me da miedo! Mi cuerpo escuálido y cara de niña me harán ver cómo un idiota Caulif-

- Basta.

- Pero Caulifla-

- Sólo... Deja de hablar así de ti mismo. Tal vez no tengas una musculatura increíble ni la apariencia más imponente, pero lo que pondrás a prueba allá serán tus habilidades, no tu aspecto. ¡Vamos! Eres lo suficientemente fuerte para hacerlos pedir clemencia.

El joven sintió sus mejillas tornarse de un intenso rojo, sonrió.

- Gracias por animarme Cauli.

- ¡De nada! Después de todo somos amigos ¿No? Tú me ayudaste cuándo reprobé mi examen al conservatorio lo menos que puedo hacer es devolverte el favor.

Ambos chicos se miraron sonrientes, mientras un peliflama les observaba a la distancia.

- Hmph, veo que esa chica logró convencerlo.

Murmuró con satisfacción.

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