Lejos de ver el cielo tornándose de un suave color salmón, Jungkook solo vio cómo las calles de Seúl Norte se oscurecían, siguiendo grises, apagadas y tristes. Se alejó de la ventana del viejo apartamento en el que vivía con un suspiro entrecortado, nervioso.
—¿Vas a algún sitio? — escuchó a su espalda, sobresaltándose. La voz suave y amable de Namjoon no solía sorprender a Jungkook, pero aquel día si lo hizo. El joven de cabello claro, gafas tornasoladas y chaqueta de cuero enarcó las cejas. — ¿Todo bien?
—E-eh, sí. — respondió el más joven algo dubitativo, asintiendo para reafirmarse.
Namjoon caminó hacia el único sofá de la sala y se dejó caer en él, no sin agarrar antes su bajo y una caja de cuerdas. —Si vas a ir al centro, — dijo, tranquilo — ten cuidado.
Jungkook se quedó en silencio y cruzó una mirada interrogante con el bajista. ¿Cómo se había dado cuenta de que el batería del grupo iba a salir aquella noche? Quizá porque Jungkook era como un libro abierto, o quizá porque Namjoon le había cobijado bajo sus alas durante años, y por eso le conocía tan bien: cuando Jungkook estaba nervioso, solía juguetear con sus dedos, miraba hacia todos los rincones de la sala y caminaba sin rumbo de un lugar a otro de la casa.
—No se lo digas. — murmuró el más joven, mirando con algo de preocupación a su compañero.
Namjoon, que sabía que Jungkook salía de Seúl Norte casi todas las semanas, asintió con una sonrisilla. —Ya sabes que me llevo todos los secretos a la tumba. ¿Tienes permiso?
Jungkook negó con la cabeza. Lanzando al aire un manojo de llaves algo oxidadas y agarrándolo al vuelo, devolvió la sonrisa a su compañero. —No me hace falta; soy rápido. — soltó, despidiéndose con la mano y saliendo de la desordenada sala de estar del apartamento.
Todo aquel que residía fuera de Seúl Central y no contara con un pasaporte extranjero debía tener un permiso especial de trabajo. Nadie de los suburbios podía pisar el centro si no era para trabajar; de lo contrario, quedarías detenido o algo mucho peor. Jungkook llevaba años sin un permiso, casi desde que empezó a tocar con The Reds, pero eso no le impedía llegar hasta los parques de las orillas del río Han. Era sigiloso y, como bien había dicho a Namjoon, rápido. Era como un escurridizo topo que conocía cada recoveco y callejón, cada ruta de escape.
Llegar hasta el inmenso y clásico edificio de la ópera, que destacaba entre los modernos rascacielos y pantallas de anuncios, le tomaría algo menos de una hora. Si se daba prisa, podría fundirse entre las personas que volvían del trabajo y lograría superar el control de paso sin dificultad.
Jungkook caminó lo más deprisa que pudo en cuanto pisó el asfalto. Por alguna razón, quiso echar a correr. Se sentía ansioso, pero ilusionado a la vez, como un niño que espera impaciente la llegada de Santa Claus. Estaba deseando ver las florituras de yeso de los palcos, los altos techos donde querubines con las mejillas rosadas sonreían y señalaban las butacas... Pero, sobre todo, quería escuchar la orquesta. Los movimientos gráciles de las bailarinas, los pas de deux, el escenario... No le importaba. Quería sentir las vibraciones de la música, cada nota, cada silencio.
Y, por alguna razón, tenía la esperanza de ver a aquel pianista.
A Yoongi.
*****
Agazapado tras uno de los gigantescos focos que iluminaban la sala principal de la ópera, Jungkook observaba cómo llegaban, poco a poco, las personas que habían conseguido una invitación para ver Giselle. Todos los invitados seguían el estricto código de vestimenta: los hombres llevaban esmoquin; las mujeres, largos y vaporosos vestidos de colores vistosos llenos de pequeños cristales. Jungkook nunca había visto tanta gente importante junta. Ni tantos ricos. El Ballet, la ópera y los conciertos de música clásica se habían convertido en la seña de identidad de Seúl Central. Como si hubieran retrocedido siglos atrás, volvían a ser señal de alto nivel adquisitivo. Jungkook podría trabajar toda su vida durante jornadas enteras y nunca podría permitirse una entrada para el Ballet. Nunca.
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Romeo and July » Yoonkook
FanfictionA pesar de las conflictos y prejuicios, los mundos de Jungkook y Yoongi colisionan una noche de verano. ✨ Escrita 200% por @thatsmyego ✨✨Prohibidas las copias y/o adaptaciones