Capítulo 7

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¡Disfruten~!

Capítulo 7

~*~

Samantha y Dariel siguen en sus cunas, mientras sus padres debaten cómo llevarlo a cabo. Han revisado esto en internet, también preguntaron a una pediatra, por las dudas. Y todavía se respiraba el nerviosismo flotando en el cuarto de baño.

― Bien, vamos a hacer esto en algún momento. Mejor ahora o se nos irá todo el jodido día.

― Dean, las palabras.

― Lo siento, estoy nervioso.

Los Winchester asienten, como apoyándose mutuamente. Remangan sus camisetas y luego se aseguran de tener todo lo necesario. Mientras los gemelos sonríen y apenas mueven sus boquitas desde la cuna, un poco perezosos mientras miran el móvil sobre sus cabezas con los colores vivos de los animales flotando alrededor.

Sam acomoda una toalla en el fondo de la bañera para bebés, y luego literalmente, mide los centímetros recomendados y tantea el agua para vigilar que no esté fresca ni caliente, tibia. Realmente tibia. Pensando como un bebé, claramente, así que lo prueba con su codo, una de las partes más sensibles a la temperatura, según leyeron. En tanto, Dean coloca a mano los utensilios, las esponjas, el jabón para bebé y el cepillo adecuado también, además de una toalla con capucha y toallas tibias.

― Bien, ¿Samantha primero? ― El castaño pregunta, a sabiendas de que se sentirán más seguros si los bañan uno por uno, que intentar hacerse cargo de ambos. Al menos mientras le cogen el truco.

― De acuerdo. ― El rubio va por la bebé, mientras su amante le asegura a Dariel que en un momento será su turno.

― Te estaremos mirando desde allá, estaremos de vuelta en unos minutos, Dariel. ― El castaño inicia otra canción, con ritmos un poco más alegres, todavía meramente instrumental. El móvil sigue girando lento, atrapando la atención del pequeño.

En tanto, los hermanos se dedican a la gran odisea. El primer baño de Samantha. Dean la sostiene mientras Sam la limpia, pasando la esponja con cuidado por todo su cuerpo. Ambos le platican, nombrando las partes de su cuerpo conforme las limpian, haciéndole cariños sin ser exagerados ni usar voz infantil o chillona. Samantha se relaja y disfruta, en ningún momento llora o se inquieta. Cuando su baño termina, es envuelta con delicadeza en la toalla con capucha, y pasada luego a la cómoda de cambio, donde el rubio la seca y cambia; mientras el castaño prepara nuevamente la bañera para Dariel.

Durante el turno de Dariel, ambos hombres se sienten un poco más confiados, Samantha fue como la prueba de oro y la han superado con honores. Dariel es un poco más inquieto, no llora, pero hace puchero cuando lavan su cabeza, y cuando lo envuelven en la toalla, va más dormido que despierto.

― Bueno, supongo que la próxima podemos intentar bañarlos juntos, ¿qué opinas, Sammy?

― Sí, creo que podemos.

Comparten una sonrisa, y se quedan un rato jugando con Samantha, luego la alimentan y mientras lo hacen, parece que Dariel reconoce la hora porque despierta justo a tiempo para que también le ofrezcan su mamila. Luego los gemelos vuelven a dormir y la feliz pareja aprovecha para limpiar el resto de la casa y preparar sus propios alimentos.

La atmósfera es sencillamente amable, se permiten tararear mientras pican vegetales y cocinan la carne, incluso beben un poco de vino tinto mientras cocinan. Y otra copa cuando comparten la comida. Después de eso es jugar otro rato con los gemelos, alimentarlos y arrullarlos de nuevo, preparar la cena, revisar a los bebés, ducharse, jugar con ellos, alimentarlos, revisar si necesitan cambio de pañal, arrullarlos nuevamente y luego intentar dormir ellos también. Tres o cuatro horas antes de que el ciclo con Samantha y Dariel comience de nuevo.

A FAVOR FROM HEAVENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora