Es mucha la paz que siento cuando contemplo las estrellas.
La intensidad de su brillo, ese que adorna y perfeccionan el cielo nocturno, y esas más lejanas, tenues, esas que nuestros ojos se le es casi imposible captar, todas esas millones que se encuentran ahí, pero no podemos verlas.
Tan perfectas.El silencio de fondo, la brisa fresca... todo impacta en mí de tantas maneras.
No dejo de preguntarme cosas, y al mismo tiempo, de "apagarme" por segundos.
Por esos momentos me siento envuelta en ese tranquilo silencio, vagando por esos cuerpos celestes y el vasto universo.
A la deriva, pero sintiéndome totalmente en casa, a gusto conmigo y mi soledad.Los problemas desaparecen, dejo de ser torturada por instantes de mi realidad.
Y se siente muy bien.
Es uno de esos momentos en los que te sientes libre, infinito...
En uno de esos momentos en los que me siento totalmente eufórica.