Narra Riker:
Una cálida sensación recorre los nervios de una de mis manos. Siento unos finos dedos aferrándose a mi.
Escucho una voz femenina. Una voz que he oído antes... en los sueños que he tenido durante el tiempo que he pasado atrapado en este limbo.
Anne.
La voz de la chica me confunde, diciéndome que esta molesta conmigo. Y un segundo después
Dice algo más, pero no logro entender las palabras, hasta que llega a estas:
-¡Tienes que volver! ¡Tienes que volver a mi!-al escuchar eso, lo primero que viene a mi mente, es: «¿Volver? ¿Acaso me he ido?»
-Solo sigue mi voz, ¿si? ¡Solo síguela, y habrás despertado! ¡Por favor, Riker! Te lo suplico.
«¿Habrás despertado?» me pregunto en un principio, pero pronto me doy cuenta de que es lo que conlleva aquella frase. No podría despertar si no fuera porque estoy dormido. Y si estoy dormido, entonces debe de ser sencillo volver a despertar.
Me concentro en esa idea. Que todo esto no ha sido más que un feo sueño, que voy a despertar pronto, muy pronto y que entonces podré ver a la dueña de esa hermosa voz, que con sus últimas palabras, me trae de regreso al mundo de los vivos.
Soy consciente de todas las partes de mi cuerpo, aunque en un principio parecen algo tiesas, como si no las hubiese movido en mucho tiempo.
Por un instante que me parece eterno, la voz de Anne se queda callada, pero aún esta junto a mi, la puedo sentir, así que decido hablarle, aunque separar los labios no es nada fácil.
-Anne-digo como puedo, y entonces, la escucho gritar:
-¡Alto! ¡Está despertando!
«¡Si, estoy despertando!» me incito a seguir.
-Anne... Anne-empiezo a obligar a mi mente a lanzar electricidad a todas las terminales nerviosas de mi dolorido cuerpo, para obligarlo a moverse, y sé que lo logro, cuando aprieto con más fuerza la mano de Anne.
-Anne-digo finalmente, escuchando que por fin he podido dejar de balbucear y he pronunciado bien el nombre.
-¡Riker! Tranquilo, amor. Estoy aquí- dice, aferrándose a mi mano (o mejor dicho, todo mi brazo) y cuando por fin abro los ojos un segundo después, me encuentro con sus lágrimas saliendo por aquellos hermosos ojos marrones y una sonrisa en su rostro.
Por la puerta que esta detrás de ella, veo entrar a mucha gente más, interesados en mi despertar, sin embargo, aunque el cuarto este lleno de desconocidos, lo único que me importa es ella y solo ella.
-Por favor necesito que se retiren todos.-dice la enfermera que se encuentra a mi lado.
-¿Qué? ¡No! ¡Soy su hermano, quiero verlo!-oigo gritar a un joven rubio que se abre paso entre la multitud, pero al final la enfermera los hace retirarse a todos.
Solo Anne queda a mi lado.
-Señorita Brooks... Señorita Brooks, tiene que irse- dice la enfermera dirigiéndose a Anne, ella me observa por un breve instante y yo le lanzo una mirada suplicante que dice: "No te vayas".
Después de mirarme, ella regresa su vista hacia la mujer.
-¿No podría quedarme con él? -suplica.
-Lo siento, señorita Brooks, pero voy a exigirle que se retire.
Vuelve su mirada hacia mi, aunque ahora lo que veo en sus ojos es tristeza.
-Tranquilo. Yo volveré tan pronto me lo permitan. No te voy a volver a dejar ir- me promete y se despide de mi depositando un suave y breve beso en mis labios.
Me quedo de piedra, sintiendo su respiración pegada a la mía. Pensando que seguramente abre hecho algo sumamente bueno para merecerme que esta joven, por lo visto sea mi chica.
Luego ella se separa de mi y sale.
El cuarto se queda callado a excepción de las máquinas a mi alrededor.
Me llevan de un cuarto a otro, sacándome algo de sangre y un montón de pruebas más, de las cuales poco me percato, pues mis pensamientos están en otro sitio.
Las palabras de aquel chico rubio aun me retumban en la cabeza; pero... ¿Mi hermano? ¿Acaso tengo un hermano? ¿De qué otras cosas no me he enterado? ¿Cuanto tiempo he dormido?
Después de un rato, cuando la enfermera para de revisar mis análisis, deja entrar visitas, aunque la condición es que permanezca acostado. Al parecer mis reflejos no están al cien porciento aún.
Para mi decepción, no se trata de Anne.
-Riker, ¿cómo te encuentras?-pregunta con suavidad una mujer, apenas cruza la puerta acompañada de un hombre.
-Ah... bien, supongo...
-No sabes cuanto gusto nos da hijo. El último mes fue...-pero no la dejo terminar. Algo de lo que ha dicho me ha dejado desconcertado. ¿Es que ni siquiera recuerdo a mis padres?
-¿Hijo?- pregunto.
-Si. Hijo-me repite ella.
-Yo no puedo ser su hijo. Jamás los había visto antes-digo, incorporándome.
-¿Qué?-pregunta el hombre con cara de extrañeza y luego suelta una carcajada- De acuerdo, Riker, tu ganas. Esta vez si que caí...- dice con
-¿Caíste? ¿Es que acaso crees que estoy bromeando?-pregunto seriamente.
El hombre que dice ser mi padre se calla de golpe y voltea a ver a mi madre.
-¿No recuerdas nada de nosotros?- pregunta ella.
Niego con la cabeza.
-Si no me llamaran por mi nombre, ni siquiera sabría como me llamo-Comento con un tono lúgubre.
Casi puedo ver las ideas de mi madre pasar por su mirada y un segundo después, se desploma.
Por suerte, mi padre la sujeta.
-¡Necesito ayuda, por favor!-grita con desesperación, al momento en que me empiezo a levantar de la camilla.
La enfermera entra corriendo, y lo primero que hace es obligarme a recostarme, contra mi voluntad.
Luego, ella y mi padre sacan a mi mamá de la habitación. Y para variar, me quedo solo, otra vez.
Un rato después, la puerta se vuelve a abrir y veo a Anne entrar por ella.
-Hola- dice con una sonrisa en los labios, sentándose a un costado mío.
-Hola-respondo.
Algo en su mirar me dice que no todo está bien.
-Riker, yo... quisiera saber ¿que es lo último que recuerdas? ¿Cuál fue tu última memoria? ¿Sabes acaso que sucedió contigo?
-No-digo con la mente turbia-Es decir si... Algo. Es como si fuera parte del sueño que tuve en un sueño. No es bastante claro. Solo recuerdo un auto... ambulancias... tú. No sé porque, pero eres el único recuerdo que ha aparecido con claridad en mi mente.
»Incluso el tiempo que estuve dormido, yo te veía. Sabía que eras algo importante... Bastante importante para ser francos... Anne, ¿puedo preguntarte algo?-pregunto haciendo contacto visual con ella. Sus ojos se oscurecen.
-Claro- responde.
-¿Tienes algo que ver con esto? Siento que me he perdido muchas cosas desde que estoy fuera. O tal vez solo es que no recuerdo nada, ni a nadie... Excepto a ti.
Ella lanza un sonoro suspiro antes de empezar a hablar.
-Riker- pronuncia mi nombre con cautela, como si temiera continuar- ¿sabes quién soy yo? Hablo de sí ¿sabes algo acerca de... acerca de nosotros?
-Si con eso quieres decir que tu y yo estamos... saliendo, debes de saber que me he dado cuenta por ese beso que me has dado. Pero lamento decirte que no... No recuerdo nada acerca de ninguna relación con nadie, ¡literalmente! Lo único que tengo son esos fragmentos de recuerdos, que, a propósito, ni siquiera sé si son reales.
-Esos recuerdos, son reales- responde instantáneamente, evitando mi mirada. Podría jurar que ésta a punto de llorar- Si tu quieres, puedo contarte todo lo que ocurrió el día del accidente, solo que no estoy segura de que sea lo más... adecuado. Acabas de despertar y no quiero conflictuarte.
-Así que tuve un accidente- comento, intentando no mirarla para no incomodarla. Descubrir que tu novio no recuerda nada de ti no debe de ser sencillo- ¿acaso es tan malo lo que sucedió antes, que no quieres decírmelo?
-No...- responde con la mirada perdida en el vacío-En absoluto no es nada malo. Solo que... enserio no quiero precipitarme. Apenas me conoces mientas que yo... yo hace poco planeaba...- dice jugando nerviosamente con algo que sostiene en su mano y llegada a ese punto deja las palabras al aire- ¿Sabes? Creo que no importa lo que haya pasado. Lo que hayamos querido. Lo importante ahora es que te recuperes. No tienes por que preocuparte de cosas de las que... no recuerdas nada- dice, con tristeza. Mete la mano en la bolsa de su sudadera y cuando las vuelve a sacar, ya no tiene aquello que sostenía entre sus dedos-no quiero obligarte a quererme como lo hacías antes.
-¿Quieres decir que no hay probabilidades de recuperar mis recuerdos? ¿Mi vida?- pregunto, sintiendo como me invade la desesperación. ¿Es que acaso estoy condenado a no poder recordar nada más acerca de esta chica, nuestra primera cita, nuestro primer beso?
Seguro que hay un universo entero de recuerdos juntos.
Pero no puedo rememorar nada.
De pronto me asalta la duda: ¿y si eso de lo que no quiere hablar es un bebé mío?
-¿Estás... embarazada?-pregunto, sintiendo como el color se me sube a la cara-Es decir... ¿Por mi culpa?
Apenas lo pronuncio, observo como la cara de Anne se descompone.
-¿Qué? No Riker... tu y yo no hemos... -cierra los ojos y se toma un segundo antes de seguir -Estábamos reservándolo para el momento adecuado.
-¿Y ese momento estaba cerca la noche en que...?
-Tal vez-dice mirando al piso. Evitando cualquier contacto con mi mirada.
Parece querer decir algo más, pero en vez de eso, se queda callada por un segundo antes de golpear nerviosamente el piso con un pie.- La verdad no creo que sea el momento de entrar en detalles de ese tipo. Enserio creo que... Será mejor que me vaya. Tu debes descansar.
Da media vuelta, dirigiéndose a la puerta. No puedo evitar notar lo triste que se encuentra y me pregunto que es lo que sucedió.
-Anne...-digo antes de que salga de la habitación.
Ella se detiene, pero no voltea a verme.
-¿Si?-me pregunta.
-Vuelve, ¿si? No puedes irte y no volver... -le rogué. Esta vez si que se volvió hacia mi.
-Riker... si quisiera desaparecer de tu vida, me habría alejado en el momento en que quedaste en coma. No voy a alejarme por nada del mundo. Tendría que morir para alejarme de ti- me prometió y sonrió tristemente- Ahora descansa. Mañana volveré a contarte mas acerca de tu vida. Hasta entonces, duerme.
-¿Anne?-pregunté una vez más.
-¿Si?
-¿Podrías darme otro beso?
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I can't forget about you
Romance"La noche estaba preciosa cuando miré al cielo antes de entrar en el elegante restaurante, de la mano de mi novio Riker. Y tras una velada impresionante, todo parecía perfecto, sin embargo, en un par de segundos, el destino cambió y me arrebató lo q...