I want the queen; yoonmin.

25

Algunas veces el hada pensó que su vida acabaría en manos del Rey Min, otras veces estuvo prácticamente seguro que Namjoon sería el último hombre que sus ojos verían, es casi su colmo que el último recuerdo más doloroso que tenga es cuando Min Yoongi lo dejó.

Podría mentir y decir que no lo esperaba, pero lo hacía. Aunque de alguna manera tenía una vaga esperanza de que el Príncipe, ahora heredero al trono del reino Min, olvidará todo y siguiera un camino a su lado, amándolo como lo prometía su voz pero resulto que eso era demasiado pedir y no, no se quedo.

Por eso es que a veces Hoseok le caía muy, muy mal.

—Escuché que Yoongi dejo el reino Min en manos de un caballero de confianza, no se aún el nombre del tipo pero es un jodido con suerte.— Habló el castaño, interrumpiendo la pacífica lectura del hada.—Y bueno, ahora que se extendió la noticia de tu reino hay algunas posibilidades.

Jimin respiró hondo y cerró el viejo libro que tenia en sus manos con cuidado. Era extraño pensar que aquel reino era suyo, suyo en verdad y no por haberlo heredado o conquistado sino porque se lo merecía y el mismo reino lo escogió, un mes después de su llegada las cosas comenzaban a tomar forma y con la gente que Taehyung mando para ayudar habían levantado las viejas casas donde algunas familias del reino Kim llegaron para habitar, había hombres encargándose de las caballerizas y algunos otros se ofrecieron ayudar en el castillo, Jimin se negó por supuesto pero Jungkook aceptó en su lugar porque tanto él como Hoseok y el hada eran malos para cocinar y ordenar.

Park se encargó de hacer a los árboles crecer y dar frutos, del camino del agua y de que el castillo estuviera en óptimas condiciones, su magia mejoraba cada vez mas y eso era suficiente para que se encontrará bien. Sabía que el reino tardaría en crecer pero ya era dichoso con tener a las personas que quería a su alrededor,

Pero Jung se estaba esforzando para caer de su gracia.—Ya sabes, seria bueno verlo después de todo.

—Nadie te ha prohibido salir del reino.— Jimin comentó con aire indiferente.—Puedes ir en busca de tu amigo y esperaremos pacientemente por tu regreso.

—Jimin...

—Jungkook no querrá acompañarte así que déjalo satisfecho para que no tenga que lidiar con su mal humor.— Se rió el hada, levantándose para buscar un nuevo libro que despejara sus dudas del primero. 

—Él vendrá por ti.

Jimin se tocó el mentón pensativo, ignorando a su amigo porque no tenía intención alguna en hablar de esa tema. 

—Los libros de hechizos son confusos aquí.— Dijo el ojimiel para sí mismo y escuchó bufar a su amigo. 

—Ambos necesitaban curar sus heridas, necesitaban tiempo y podría apostar lo que quieras a que...

—¿A qué?— Jimin se giró para verlo.—¿A que vendrá y seremos felices por siempre? Por favor Hoseok, no me tragó los cuentos de hadas y joder que soy una.

—Pues no deberías cerrarte a los cuentos de hadas.— El castaño se cruzó de brazos.

Park suspiró cansado y volvió su vista a los libros.—Bien, no voy a cerrarme a los cuentos de hadas y aceptaré la invitación de Taemin para visitar su reino, si sabes lo que significa. 

Hoseok negó de inmediato.—Yo no me refería a eso. 

Jimin soltó una carcajada, tomo su libro y volvió a su asiento detrás de la gran mesa de roble.—Así que debe ser exclusivamente Yoongi quien sea dueño de mi cuento. Diablos Hobi, que buen amigo eres.

—Taemin es un idiota y un prepotente. 

—Y seguramente es bueno en la cama.— Jimin le dedicó un guiño y después volvió a reír.—Escucha Hobi, estoy muy bien ahora y no necesito de nadie.