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Te acercaste y apagaste la alarma. Ya era hora de que te levantaras para poder prepararte para alimentar a tus hijas, así que estiras tus extremidades antes de ir al baño para bañarte y cepillarte los dientes. Estás en medio de cepillarte los dientes cuando suena el teléfono. Sonríes, sabiendo que era Taylor.
Taylor finalmente se había ido para el viaje de sus chicas a Aruba ayer. Había estado tan emocionada de ganar la apuesta cuando descubrió el género de las niñas, pero ahora ni siquiera quería dejarlas por más de un día. La hiciste ir; fue bueno para ella, y fue un regalo de parto encantador para ella junto con el nuevo G-wagon que le habías regalado recientemente.
"Buenos días bebe." Sonreíste a la cámara y te enjuagaste la boca.
"Buenos días. Estaba llamando para asegurarme de que estabas despierta".
"Sí, estoy despierta. ¿Te estás divirtiendo? Son las siete aquí, así que eso significa que son las nueve allí, ¿no?"
"Sí, son las nueve en punto. Las chicas se están preparando porque están a punto de ir a desayunar a uno de los restaurantes locales".
"¿Por qué no vas?" Levantas un ojo a Taylor.
"No me siento muy bien, así que me quedaré un rato".
"No me mientas, Taylor". La desafiaste.
Taylor suspiró y puso los ojos en blanco. "Está bien, te extraño a ti y a las chicas". Ella hizo un puchero. "No sé por qué vine. Realmente quiero volver a casa".
"Tay, yo y las chicas estamos bien". Te reíste. "Quiero que pases un tiempo maravilloso. Pasaste nueve meses cargando gemelas; te mereces este viaje. Diviértete y presume de ese cuerpo. Muéstrales a todos cómo volviste a estar en forma después de dar a luz gemelas hace solo siete meses."
"No te preocupes, hermanita". Joan saltó al marco de la cámara. "Me voy a asegurar de que la pase de maravilla. Taylor, prepárate. Tengo un día lleno de actividades divertidas".
"Está bien, pero primero déjame ver y hablar con mis bebés". Asentiste con la cabeza antes de caminar hacia la guardería de las niñas. Las gemelas estaban balbuceando despiertas, y cuando apareciste ante ellas, el balbuceo se hizo más fuerte.
"Buenos días, mis bebés". Sonrieron cuando les mostraste tu teléfono con la cara de su mamá. "¿Están mis chicas listas para comer?" Taylor habló en su famosa voz hacia bebés. "T/n, ¿qué les das de comer para el desayuno?"
"Después de cambiarlas, les daré sus botellas de la mañana, luego les daré un poco de puré de manzana y pera que tu madre trajo ayer".
"Está bien-"
"Taylor, date prisa, estamos muriendo de hambre aquí!" Escuchaste a Logan gritar.
"Cariño, te dejaremos ir para que puedas prepararte. Te amamos". Pusiste la cámara sobre las gemelas. "Di, adiós mami, ¡te amamos!" Le dijiste a las chicas que sonreían, con las encías a la vista.
"Yo también las amo a todas". Taylor resopló.
"Diviértete bebe. Estaremos aquí cuando regreses en cinco días más. Deberías estar celebrando, cinco días sin pañales pegajosos, desearía ser tú". Bromeaste
"Oh, antes de irme, recuerda que si se ponen inquietas, es porque les están saliendo los dientes. Mantén fríos sus chupones, eso reduce las molestias, pero llámame si eso no funciona".
"Lo tengo, cariño". Le aseguraste a Taylor.
"Lo sé. Llamaré más tarde. Las amo chicas".
"También te amamos, así que diviértete por nosotras, ¿de acuerdo?" Taylor asintió con la cabeza. "Adiós." Le lanzaste un beso, y ella lo atrapó, colocándolo en sus labios antes de colgar.
