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Entraste lentamente de puntillas a tu habitación con una bandeja de comida en la mano y tus hijas caminando junto a ti riendo. Era el día de la madre, una de tus fiestas favoritas. El día que celebrabas a tu madre, suegra, hermana, esposa y ahora a ti misma.
Siempre sentiste que las madres eran los seres menos apreciados que caminaban sobre la faz de la tierra. Hicieron cosas todo el día todos los días durante 365 días, y solo fueron conmemoradas por eso una vez al año. Las madres hacían cosas, no porque tenían que hacerlo, sino porque querían hacerlo, y por eso, siempre estarías agradecido por ellas, incluida tú.
"¿Listas?" Bajaste la mirada hacia Zola y Zoie cuando te acercaste a tu cama donde Taylor estaba acostada, profundamente dormida.
"¡Si!" Saltaron, mirándote con sus ojos verdes que eran idénticos a los de Taylor.
Empujaste el taburete hasta el borde de la cama con el pie, y las chicas lo usan para subirse a la cama. Asentiste con la cabeza, dándoles la oportunidad, y cayeron sobre Taylor atacándola con besos.
"¡Despierta, mami!"
"¿Qué esta pasando?" Taylor parpadeó y abrió los ojos, inclinándose en la cama.
"¡Levántate mami! ¡Tenemos algo para ti!"
"Sí, mami". Te burlaste de tus hijas, inclinándote para plantar un beso rápido en la frente de Taylor mientras ponías la bandeja de comida en su regazo. "Feliz día de la madre, bebé".
"Awww gracias, cariño. Feliz día de la madre para ti también". Taylor besó tu mano antes de tomar un poco de la comida que había en la bandeja.
"Te conseguimos algunos regalos". Caminaste hacia tu armario, agarrando los regalos que tú y las chicas le habían comprado. Las chicas le habían hecho unas lindas tarjetas caseras y tazas para café, y tu le habías traído un Rolex de oro rosa, con pulseras a juego con el nombre de las niñas, un lindo collar y un bolso Birkin con una billetera a juego.
"Oh, me encanta esto. Estoy eternamente agradecida de tenerlas a las tres. Gracias, bebés". Dijo Taylor. "Sin embargo, mi favorito tiene que ser estas tarjetas caseras, mira los colores de estas bellezas". Ella se entusiasmó con las fotos de las niñas, haciéndolas sonrojar. "Ven a comer conmigo." Taylor palmeó el lugar junto a ella.
"No, eso es para ti. Desayuno en la cama. Disfruta eso". Te opusiste.
"Tú también eres madre T/n. Ven aquí y disfruta del desayuno conmigo". Sonreíste,dejándote caer al lado de Taylor. Tú, Taylor y las chicas pasaron la mañana acurrucadas en la cama, desayunando. Usaste este tiempo para detener a Taylor ya que tenías trabajadores preparando las decoraciones para la fiesta del día de la madre en la planta baja.
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"¿Qué es esto?" Cuidadosamente condujiste a Taylor por las escaleras con tus manos cubriendo sus ojos.
"¿Estás lista?" Sonreíste y la acompañaste al centro del piso, donde podía obtener una visión general de todo el primer piso.
"Si." Quitaste las manos y Taylor jadeó al verlo. El tipi cubrió el piso, y había un tema de spa estaba en todas partes. Mesas de masaje colocadas en el medio, con algunas masajistas de pie cerca, y había una estación mimada en la esquina donde los técnicos de uñas esperaban.
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Querías hacer algo diferente, no solo una fiesta ordinaria. Algo que Taylor y las demás apreciarían y disfrutarían, así que decidiste una fiesta temática de spa relajante. Un día en el que podrían ser tratadas como las reinas que eran.
"Wow. Bebé, no tenías que hacerlo". Taylor dijo efusivamente y se acurrucó a tu lado.
"Lo sé, pero quería hacerlo. Se suponía que teníamos esto afuera, pero comenzó a llover, así que tuvimos que mover todo adentro". Agarraste una de las túnicas y zapatillas personalizadas que ordenaste. "Ve a ponerte esto. Pronto todos deberían llegar".
Taylor asintió, tirando de ti para un beso largo. "Gracias."
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Tu casa estaba llena, tenías a todas las madres más cercanas a ti y a Taylor, sus familias y todos los trabajadores. Los papás y los niños estaban en el sótano contigo, que era solo una gran área de juego, y todas las mujeres estaban arriba siendo mimadas por los trabajadores.
Estabas jugando con las chicas en la piscina de pelotas cuando Taylor te llamó desde arriba. "¿Si?" Saliste del sótano con las chicas colgando de ti, riendo.
"Tu regalo del día de las madres finalmente a llegado". Taylor agarró a las chicas antes de tirarte a la puerta principal. Esperabas que ella agarrara una caja o algo del porche, pero cuando abrió la puerta, y viste un Lamborghini huracán naranja estacionado en el medio de tu entrada con un lazo azul encima, gritaste.
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"¿Hablas en serio? ¿Esto es mío?" Te volviste hacia Taylor.
"Sí. Feliz Día de la Madre de mi parte y de las chicas. Ve a verlo". Taylor te golpeó el trasero.
Te apresuraste a tu camino de entrada, descalza, chapoteando en los charcos. Afortunadamente ya no estaba lloviendo, pero no podría importarte menos si lo estuviera o no. Habías estado esperando conseguir un Lamborghini o cualquier otro auto deportivo en ese caso, no queriendo que los medios te pintaran como una mala madre, ya que este tipo de autos no eran aptos para los niños, pero ahora que Taylor te había regalado uno, no te importaba un carajo.
