Todo eso por entrepita

170 28 50
                                    

Son las 5:45 de la tarde y estoy totalmente perdida, el coño de la madre. Esto es culpa del maldito Maduro nojoda, que arrechera.

Se supone que yo iba kike a merodear en las calles de Los Ángeles y termine más perdida que espermatozoide en garganta. De paso no puedo ni llamar a mi papá ni a NADIE porque mi teléfono sigue con la línea de Venezuela y no la de aquí, así que estoy incomunicada. Mi única salvación sería Whatsapp, pero no encuentro ni por casualidad, un WiFi libre en esta poronga.

El sol se esta empezando a esconder y yo sigo aquí parada en está verga. Tengo unos cuantos dólares para un taxi, pero como yo soy senda inútil, no me se la dirección del edificio.

Sinceramente tengo ganas de llorar por perderme en un lugar que no conozco. Suspiro, resignandome a que tengo que hayar una forma de volver a mi casa, el mapa que usa Dora La Exploradora me vendría muy bien ahorita.

Camino derecho y me encuentro con un Starbucks que fino, en Caracas hay puras cafeterías que abre el gobierno.

Marico, ya va... ¿En estas vainas no hay WiFi gratis? El foco se me enciende y no dudo ni un segundo al entrar al establecimiento, no está vacio, hay gente rondando por ahí, buscando un café o un chocolate caliente luego de terminar sus jornadas laborales.

Hago la fila de tres personas, porque que pena ir de lanzada a pedir WiFi sin siquiera cosumir algo. Llega mi turno y no sé qué coño pedir porque yo no tomo café...

—¿Va a ordenar algo?— el chamo de la barra me indica con sus ojos que me quiere mandar a mamar webo pero su puesto de trabajo no se lo permite.

Coño sí, es que ando indecisa— su rostro demuestra clara confusión y ahí me doy cuenta que estaba hablando español, que gafa. —Perdón— digo esta vez en inglés. —Me das un... Chocolate caliente y una galleta con chispas de chocolate.

El tipo se alegra de que pida y se va a buscar mi orden, la cual trae en cuestión de minutos, que eficiencia. Aprovecho para preguntarle sobre el WiFi.

—Disculpa, ¿pero tienen WiFi?

—Sí, ahí esta la clave— me señala una pizarra con bonita caligrafía la cual contiene la contraseña del WiFi, siento que veo a Dios mrc.

—Me lo das para llevar porfa— me dedica una mirada de ¿really?— Muchas gracias— pago la orden y me llevo la bolsa de papel donde esta mi galletica y mi chocolate.

Me alejo de la barra y me siento en una de las mesas colocandole el internet al teléfono, me llegan las notificaciones y inmediatamente llamo a mi papá, no ha ni repicado cuando me contesta.

—¿Dónde coño e la madre andas metida?— pregunta.

—Primero que nada, buenas tardes. La educación por delante, ¿oyó?

—Deja la mariquera, Alissa. Llevas horas fuera, ¿dónde estás?

—Pues... Resulta y acontecé que la yolanda se perdió— suelto una risita nerviosa.

—¿Y dónde estás ahorita?

—En un Starbucks papi, tuve que pedir el WiFi para poder llamar— no contesta y se ve que esta meditando qué coño e madre hacer con la bruta de su hija.

Tú Si Eres Ladilla Garfio || Thomas DohertyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora