6. Hanami

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A fines de marzo, en la prefectura de Saitama, Japón, Seiya con ya 14 años comienza a disfrutar de sus vacaciones de primavera y acaba de abordar su tren a Tokio, logrando entrar justo antes de que se cerraran las puertas.

—¡Uff, por los pelos!
Sonrió, triunfante, recuperando el aire perdido por su pequeña carrera a la estación. Su pesado equipaje había complicado las cosas un poco y le había entorpecido todo el camino.

Ya más tranquilo, nota las miradas curiosas que le enviaba el resto de pasajeros, le pareció oír murmullos. Oops. No lo habían reconocido, ¿verdad?

El moreno se disculpa por el escándalo y camina hasta el otro vagón, que estaba casi vacío.
Se sienta cerca de las puertas, dejando caer su pesada mochila al suelo entre sus piernas y apoya en el asiento de al lado su guitarra guardada en su funda, recién entonces saca su teléfono de su bolsillo.

[Shun 09:53]
Ya llegamos, conseguimos un hermoso lugar justo frente al lago... ¿ya llegas, Seiya?

[10:12]
¡Lo siento! Me retrasé un poco, acabo de tomar el tren Llegaré en unos 50 minutos, bajo en la estación Ueno.

[Shun 10:13]
No hay problema ^^ te estaré esperando en la estación para entonces.

[10:13]
¡Gracias, hasta entonces! :D

Seiya sonríe y guarda de vuelta el teléfono, estirando las piernas y relajándose más en su asiento.
Poco le duró la tranquilidad, el vagón y el tren entero no tardó mucho en llenarse de gente, aunque al menos ya estaban por bajar.

—Permi~so~
Trataba de hacerse paso entre la gente para llegar hasta las puertas, ¡y eso que se había sentado cerca!
Cuando finalmente llega a las puertas, éstas se abren y enseguida las personas comenzaron a salir del tren, llevándoselo en la corriente.

Cuando logró salirse del mar de gente, tomó aire y miró a su alrededor.
¡Seiya!
Oyó la tierna voz de Shun llamándolo.

Cuando por fin se reúnen, se saludan con un abrazo afectuoso.

Una vez en el parque, Seiya se distraía mirando alrededor mientras buscaban su lugar.
Hacía un clima estupendo y el lugar estaba realmente lleno de gente que venía a admirar los árboles, cuyas flores habían florecido.
El paisaje tan lleno de rosa lo absorbía.

—¡Ah! Allá están.
Dijo de pronto al ver al frente. Sentados bajo uno de los tantos árboles de Sakura junto al precioso lago, estaban Ikki y Esmeralda sobre una manta con varios bentos apilados y bebidas.

—¡Hey, buen día!~ Disculpen la tardanza.
Se acercó trotando Seiya, saludando a los mayores antes de sentarse sobre la manta blanca.
Luego llega Shun, que toma asiento entre Seiya y su hermano.

—Cuánto tiempo, eh~
Se dirigió a la chica, quien le mostró una bella sonrisa.
—Me alegra verte de nuevo, Seiya. ¿Cómo has estado? —le saludaba Esmeralda.

—Bien, bien~ Antes de venir acompañé a mi hermana a que tomara su tren para reunirse con sus amigas. Aunque si fuera por mí, la hubiera acompañado directo al lugar de encuentro...
Hizo puchero, habiendo querido llevar las cosas por Seika y asegurarse que llegara a salvo.

—Así que por eso te tardaste.
—Disculpen.
Se encogió de hombros, algo apenado.
—No te preocupes —le tranquiliza Esmeralda— Bien, ¿qué les parece si comemos? —propuso.

Seiya asiente, no sin antes apresurarse en sacar de su mochila los bentos que había preparado para compartir y las cajas de dulces que compró de camino a la estación.

2. AFTERMATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora